El vicepresidente primero del Gobierno español y ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, aseguró ayer en Afganistán que hay un calendario orientativo para ir traspasando competencias a las autoridades del país asiático, pero que hay objetivos que son "irrenunciables".

"El calendario es orientativo, pero los objetivos no, y los objetivos los vamos a cumplir porque no podemos permitirnos que una vez que nos vayamos de Afganistán vuelva a ser un país que exporte odio y terror; por eso tenemos que acabar la tarea para la que vinimos", afirmó Rubalcaba al dirigirse a las tropas en su "visita relámpago" de unas siete horas, primero a la base de Herat y después a la de Qala-i-Naw.

En este último punto, en la nueva base de Ruy González de Clavijo, el vicepresidente, acompañado por la plana mayor del Ministerio del Interior, recordó las palabras del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, de que "no hemos venido para quedarnos". Con Zapatero, según comentó, habló antes de partir a Afganistán, en una visita que se ha mantenido hasta el último momento en secreto por motivos de seguridad, y le dijo que iba a comprobar "lo buenos" que eran los españoles que están allí, lo que dijo ha podido comprobar.

Rubalcaba quiso dejar claro que "tenemos que acabar la tarea para la que vinimos" y que se están poniendo las bases para que ésta "sea estable", de ahí que las tropas españolas estén haciendo un esfuerzo para formar a la policía afgana y estén construyendo hospitales, como el provincial, al que visitó, o se estén levantando escuelas.

"Se está preparando Afganistán para que cuando nos vayamos", dijo Rubalcaba, "nunca vuelva a ser como era".

El responsable de las fuerzas de seguridad ensalzó el trabajo de los militares, comprometidos por la libertad y los derechos humanos en la misión, dijo, "más importante y difícil", a seis mil kilómetros de España, pero que nos afecta porque "la seguridad de Afganistán también es la nuestra".

"En un mundo en el que el delito no conoce fronteras, la libertad de los afganos es también la de los españoles (...) estáis combatiendo en Afganistán el miedo y el terror, que es la semilla del odio", añadió el ministro. Los más de 100.000 militares de 47 países con presencia en Afganistán hablan un idioma común, la defensa de la seguridad, la libertad y de los derechos humanos, dijo.

Recuerdo a las víctimas

En su discurso ante el contingente en Qala-i-Naw, Rubalcaba, acompañado por el secretario de Estado de Seguridad, Antonio Camacho; el director general de la Policía y la Guardia Civil, Francisco Javier Velázquez, y el jefe del Estado Mayor de la Defensa, general José Julio Rodríguez, tuvo palabras de reconocimiento para las 92 víctimas que se ha cobrado la misión desde 2002, a las que homenajeó en un acto en la explanada de la base. La lista de víctimas incluye a los dos guardias civiles asesinados el pasado 25 de agosto, el capitán José María Galera y el alférez Abraham Leoncio Bravo, además de su traductor.

En su encuentro con el gobernador de la provincia de Badghis, Delban Jan Arman, Rubalcaba le pidió que "apriete" en la investigación de estos últimos asesinatos, según señaló a los guardias civiles con los que se reunió y con los que almorzó, junto a los mil militares de esta base.