El expresidente del Gobierno José María Aznar denunció ayer la "deslealtad" del jefe del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero, con los jueces y fiscales, con las Fuerzas de Seguridad, con los partidos políticos y, en general, con todos los españoles por la negociación del Gobierno socialista con ETA, unos hechos que, según recalcó, tienen una "responsabilidad máxima y extraordinaria".

En un acto en Torrejón de Ardoz (Madrid) organizado por Nuevas Generaciones de Madrid, el expresidente recriminó al Gobierno socialista que dijera que no estaba negociando cuando lo estaba haciendo, así como que estuviera "dispuesto a hacer todo tipo de cesiones" a la organización terrorista. "No estamos hablando de la credibilidad de lo que escriben unos o de lo que escriben otros, sino de lo que hace y deshace el Gobierno de España.

Aznar criticó que en el PSOE haya quien considere "un acierto organizar la guerra sucia" del GAL y que en este momento también considere "un acierto engañar a los españoles, sentarse a negociar con una organización terrorista y hacer que el Estado pague un precio". "Si eso lo consideran un acierto, da miedo pensar qué es lo que considera esta gente un error", enfatizó.

Por su parte, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, calificó de "disparate" que el Gobierno trate de "buscar una salida al terrorismo de ETA al margen de la ley" y opinó que el "chivatazo" tendría que "haber hecho caer a todo el Ejecutivo".

Entre tanto, el vicepresidente del Gobierno y ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, aseveró que no hay más que escuchar a Aznar para saber qué le pasa por la cabeza y por las tripas, que, a su juicio, "es un sitio peor para tener las cosas atascadas".

Mientras, la izquierda abertzale tildó de "patéticas" las "trifulcas" entre PP y PSOE, creadas en torno al supuesto último proceso negociador con ETA, porque "siempre ha estado en las agendas de todos los gobiernos de España".