Una semana después de que José Luis Rodríguez Zapatero anunciara que no optará a un tercer mandato, el PSOE no ha conseguido aplacar el debate sucesorio, pese a la conjura interna para que no se hable del tema, y los sondeos y contactos entre posibles aspirantes se mantienen con mucha discreción.

Fuentes del PSOE han mostrado su satisfacción por cómo se están desarrollando los acontecimientos tras la decisión de Zapatero y la petición expresa que formuló el propio líder del partido en el Comité Federal de hace una semana para que las elecciones primarias se pospusieran hasta después de los comicios del 22 de mayo.

Además, los socialistas creen que la decisión de Zapatero les ha permitido despejar las incertidumbres que pesaban sobre ellos, convencidos de que las ventajas de haber clarificado este asunto son superiores a los inconvenientes.

Una sensación que el vicesecretario general del PSOE, José Blanco, comparaba esta semana con "un chute de moral" para comenzar la remontada y posponer, al menos en público, el debate sobre la sucesión.

Según las mismas fuentes, los socialistas están respetando los tiempos marcados hace una semana y, de hecho, todos los dirigentes a los que se ha preguntado estos días han rehusado pronunciarse ante los micrófonos.

Ese ha sido el caso de los dos nombres que más suenan para encabezar el futuro cartel electoral socialista: el vicepresidente primero del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba, y la ministra de Defensa, Carmen Chacón.

Rubalcaba aseguró hace unos días que no desvelaría si piensa presentarse a las primarias hasta el "24, el 25 o el 26" de mayo, mientras que Chacón se remitió al 23 de ese mismo mes para hablar de ello.

El presidente del Congreso, José Bono, tiró de refranero para eludir las preguntas de la prensa. "Hasta el 40 de mayo no te quites el sayo", sentenció.

Tampoco han podido los periodistas sacarle nada a José Blanco, quien ha prometido ser "neutral, pero no indiferente", ante las primarias socialistas.

No obstante, el panorama sucesorio aparece ligeramente más despejado, después de que se haya auto-excluido el presidente de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, uno de los "barones" que más presionó a Zapatero para que desvelara sus planes cuanto antes y cuyo nombre se repetía como posible candidato.

Así las cosas, y pese a que ninguno de los dos ha formalizado su candidatura ni piensa hacerlo hasta después de las elecciones autonómicas y municipales, en el PSOE dan por hecho que Rubalcaba y Chacón se medirán en las primarias.

Siempre y cuando, aclaran las fuentes, no haya un acuerdo entre ambos para presentar una candidatura conjunta, hipótesis que no se descarta por completo, pero que se considera "bastante improbable".

De ello podría haberse hablado, reconocen las fuentes, en una comida celebrada esta semana entre sectores del PSC, cercanos a Chacón, y varios miembros de la dirección federal del PSOE partidarios de Rubalcaba.

Los sondeos sobre futuros apoyos también se llevan con la máxima reserva y discreción, pero fuentes de la Ejecutiva Federal ya han comenzado a hacerse una idea de la posición que finalmente tendrán las distintas federaciones si llega el momento de decantarse por uno u otro candidato, y siempre que no haya "un tapado".

A la dirección federal socialista se le ha abierto un nuevo frente en Andalucía tras la dimisión del que era consejero de Gobernación, Luis Pizarro, considerado una persona muy cercana al vicepresidente tercero del Gobierno, Manuel Chaves.

En el PSOE han tratado estos días de soldar heridas en su mayor federación y se han esforzado por cerrar filas en torno al presidente andaluz, José Antonio Griñán, conscientes de que todo el "ruido" que hay allí en los últimos tiempos no beneficia en nada a partido, y menos aún con las elecciones municipales a la vuelta de la esquina.