En España se producen al año unos 2.500 terremotos, de los cuales sólo una media aproximada de dos al mes son sentidos por la población, según la Red Sísmica Española.

Los terremotos de la península ibérica son provocados por el choque de la placa tectónica euroasiática con la africana, que produjo la formación de los Pirineos y de los Alpes.

El mayor índice de peligrosidad en el territorio español está en el sur y sureste de la península, en torno a Granada, la zona sur de la provincia de Alicante y las de Almería y Murcia.

La zona atlántica frente al Cabo de San Vicente, suroeste de Portugal, es una de las de mayor actividad sísmica del mundo, aunque los efectos dañinos de los seísmos que allí se generan quedan minimizados por los centenares de kilómetros que separan esa zona de las costas portuguesa y española.

En ella se localiza un denominado "punto triple", un lugar en el que contactan y friccionan las placas euroasiática, africana y atlántica.