Con su renuncia a aspirar a la Alcaldía de San Sebastián y su consecuente abandono del Ayuntamiento, el socialista Odón Elorza ha cerrado una etapa de 20 años de "pasión" y dedicación a su ciudad al frente del consistorio.

El todavía primer edil de San Sebastián ha dirigido el Ayuntamiento con mano firme, pese a su proclamado talante dialogante, y lo ha hecho con la ayuda de prácticamente todos los partidos del arco municipal excepto la izquierda abertzale.

Su ascenso a la Alcaldía en 1991 fue el fruto de un acuerdo con el PNV, al que se sumó el PP, que le llevó de encabezar la tercera lista más votada a desplazar del gobierno municipal a Xabier Albistur, el aspirante de Eusko Alkartasuna, ganador de aquellas elecciones seguido por HB.

Cuatro años después Elorza volvió a ser alcalde sin ganar las elecciones, ya que la victoria correspondió a un Jaime Mayor Oreja impulsado por la indignación ciudadana tras al asesinato de quien estaba destinado a ser el candidato del PP, Gregorio Ordóñez.

El PSE/EE fue la segunda fuerza, pero Elorza logró la Alcaldía merced a un acuerdo con el PNV, similar al que regía entonces todas las instituciones vascas.

A partir de ahí, su carisma controvertido y su incuestionable dedicación a la ciudad le llevaron a acumular un apoyo electoral que le permitió vencer consecutivamente en los comicios de 1999, 2003 y 2007.

Nunca disfrutó de una mayoría absoluta, pero sí consiguió acuerdos con fuerzas tan diversas como el PP -con el que rompió abruptamente en marzo de 2002-, Aralar y Ezker Batua.

Son muchos los colaboradores y trabajadores del Ayuntamiento de San Sebastián que admiten que Elorza era el que levantaba a diario las persianas de la casa consistorial y también el último en salir, lo que le llevaba a controlar hasta el más mínimo detalle de la gestión municipal.

Su mandato ha destacado en aspectos como la regeneración urbana de la ciudad, con la inauguración del Kursaal, la peatonalización del centro y la creación de una extensa red de carriles bici, pero nunca ha logrado sacudirse el lastre de la carestía de la vivienda, que ha pretendido combatir con políticas de protección oficial que no han evitado el éxodo de muchos jóvenes a localidades próximas.

La dedicación de Elorza a la labor municipal no le ha impedido participar en el debate político como una voz en ocasiones discordante del discurso oficial del PSE/EE, algo que, sin embargo, le reportaba la simpatía de muchos de sus votantes.

Sus posiciones "vasquistas" le situaron en la corriente denominada Nuevo Socialismo Vasco, con la que la actual consejera de Empleo, Gemma Zabaleta, presentó su candidatura a secretaria general del PSE/EE en el congreso del Kursaal de marzo de 2002, el que aupó finalmente a Patxi López al frente del partido.

Las urnas han querido que una situación electoral similar a la que le colocó en la Alcaldía fuerce ahora su retirada.

En aquel momento, EA fue la fuerza más votada, seguida de HB, las dos formaciones de las que Bildu ha heredado el electorado. El PSE/EE fue la tercera fuerza.

Sin embargo, durante toda la campaña Elorza se comprometió a no ser alcalde si no resultaba el más votado, lo que le ha llevado ahora a renunciar a la reelección y a su acta de concejal, toda vez que el PSE/EE sigue aspirando a lograr la Alcaldía con otro candidato.

Odón Elorza se marcha con la espina clavada de no poder defender hasta el final el que ha sido su gran proyecto estrella de los últimos años: la capitalidad cultural europea 2016, que el primer edil ha vinculado a un proyecto de convivencia y educación "en valores", dos de sus constantes referencias.