El presidente del Gobierno y líder del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, propuso ayer a sus barones territoriales que apoyen al vicepresidente primero del Ejecutivo, Alfredo Pérez Rubalcaba, como candidato a las primarias socialistas, cuyo proceso se abrirá hoy.

Fue durante la reunión mantuvo ayer en Ferraz con los 19 secretarios regionales del PSOE para intentar acercar posturas en torno a las primarias y llegar al Comité Federal de hoy con un consenso.

Según confirmaron fuentes socialistas, Zapatero dijo que, para él, Rubalcaba es el "mejor candidato" para sucederle como cartel electoral, aunque esto no impedirá que hoy se abra oficialmente el proceso de primarias.

Así, el Comité Federal fijará el calendario, y entonces se abrirá un plazo de quince días para que se presenten los posibles aspirantes.

En el caso de que sólo optara Rubalcaba, no sería necesario recurrir a la votación y el vicepresidente primero del Gobierno podría ser proclamado por el Comité Federal antes de finazar junio.

Tras el anuncio de Zapatero el 2 de abril de que renunciaba a optar a un tercer mandato, el partido está obligado estatutariamente a convocar primarias para designar al nuevo candidato a la Presidencia del Gobierno.

Zapatero se erigió entonces en garante del proceso, rechazó que su sucesor fuera elegido mediante un "dedazo" y se mostró convencido de que el PSOE estaría en condiciones de ofrecer "la mejor candidatura posible".

La reunión de ayer se convocó esta semana después de que, tras la estrepitosa derrota en las elecciones municipales y autonómicas del domingo, comenzaran a alzarse voces en favor de presentar una única candidatura en la carrera sucesoria, a fin de no dar la imagen a la sociedad de peleas internas.

Los socialistas vascos acordaron por unanimidad de su Ejecutiva solicitar el adelanto del congreso federal para elegir a una nueva dirección, lo que significaba quitar a Zapatero la Secretaría General.

Una opción que, en principio, parece que será rechazada, en favor de la celebración de una conferencia política con la que el PSOE aspira a un "rearme ideológico", sobre todo con la vista puesta en las elecciones generales.

Y mientras los socialistas estaban en la disyuntiva de primarias o congreso federal, la ministra de Defensa, Carme Chacón, anunció el jueves que renunciaba a la carrera sucesoria para no ahondar en la división del partido.