El conseller de Interior, Felip Puig, ha pedido hoy que la sociedad no ampare a las "guerrillas urbanas", como cree que ocurrió antes del cerco al Parlament del 15-J, y ha anunciado la creación de una nueva Unidad de los Mossos d''Esquadra para perseguir a estos grupos y que su violencia no quede impune.

En una comparecencia en el Parlament, en la que PSC e ICV-EUiA le han pedido su renuncia al cargo y los demás partidos han censurado el dispositivo del 15-J, Puig ha advertido de que ya hace tiempo que en Barcelona se han "incrustado" grupos violentos que actúan como una "guerrilla urbana" y ha lamentado que no siempre han contado con el "rechazo necesario" por parte de la sociedad.

Por este motivo, ha anunciado la creación de una nueva Unidad de obtención de pruebas e instrucción de atestados para perseguir a los grupos de "guerrillas urbanas" y acabar con la "excesiva permisividad" con la que han podido actuar hasta ahora.

El conseller ha señalado que esta nueva Unidad, que ya ha empezado a trabajar y está adscrita a la División de información de la policía catalana, tendrá como objetivo ser más eficaces a la hora de perseguir a los autores de delitos de violencia urbana.

La nueva unidad se dedicará a recabar pruebas -como imágenes de vídeo o la declaración de testigos- para poder identificar y presentar todas las pruebas necesarias para que los autores de este tipo de altercados callejeros, como los del cerco al Parlament del 15-J, no tengan sensación de impunidad y no se limiten a afrontar un juicio de faltas.

El conseller ha recordado que tras la operación para limpiar la plaza de Catalunya -el pasado 27 de mayo-, ya dijo que había grupos violentos escondidos en el movimiento de "indignados", no se le creyó y se culpó de la violencia a la policía, por lo que considera que, al contar con el "amparo social", los violentos se sintieron con "impunidad total" para cruzar las "líneas rojas" en el intento de impedir el acceso al Parlament del 15 de junio.

Por este motivo, ha pedido que haya una actitud social "clara y decidida" contra estas expresiones violentas, ya que pese a que en Cataluña "la violencia no tiene apoyo", no siempre cuenta con "el rechazo necesario", ha apostillado.

Como ejemplo, Puig ha indicado que considera que los indignados pacíficos que estaban cercando el Parlament y veían que había grupos que actuaban con violencia tendrían que haber abandonado su protesta para "no dar cobertura a los violentos".

Además, ha lamentado que haya grupos sociales que digan que rechazan la violencia pero que paralelamente defiendan que estos grupos que provocaron los incidentes "en el fondo tienen razón", o bien que haya gente que admita que los violentos "se pasaron" pero que si luego el juez les manda a la cárcel digan que "no había para tanto".

El conseller ha vuelto a asumir que el dispositivo para proteger a los diputados durante el cerco al Parlament tuvo "limitaciones", pero ha subrayado que se evitaron males mayores.

Asimismo, ha puesto en duda que todos los diputados hubieran aceptado de antemano entrar con vehículos excepcionales en el Parlament sin comprobar previamente con sus propios ojos que el ambiente estaba muy caldeado.

Las explicaciones de Puig no han convencido a la oposición, especialmente a PSC e ICV-EUiA, que han exigido su renuncia como conseller, mientras que ERC y el PP catalán han censurado su gestión, si bien los populares han usado un tono mucho más moderado.