La Fiscalía del Tribunal de Apelación de Agen (sur de Francia) puso el acento hoy en que "se plantean dificultades" para la entrega a España del etarra Daniel Derguy, de nacionalidad francesa y reclamado por la Audiencia Nacional de Madrid para ser juzgado por una acción terrorista cometida en 1994.

La Fiscalía francesa no se pronunció ni en favor ni en contra de ejecutar la euroorden española contra Derguy, pero puso sobre la mesa durante la audiencia judicial de esta mañana algunos elementos que, en caso de que fueran confirmados por los jueces, podrían conducir a descartar la solicitud de la Audiencia Nacional, explicó una portavoz.

El primero es "el problema de la prescripción" del delito según la legislación de cada uno de los países, señaló la portavoz de la Fiscalía.

Precisó que aunque en la legislación española el delito de tentativa de asesinato que se le imputa al etarra prescribe a los 20 años, en Francia es a los 10 años (hasta la reforma de 2004), salvo que durante ese periodo se produzca algún procedimiento que la interrumpa.

A ese respecto, en el suplemento de información solicitado a la justicia española por el Tribunal de Apelación de Agen, se preguntaba sobre si desde los hechos incriminados en febrero-marzo de 1994 los organismos jurisdiccionales en España habían llevado a cabo algún trámite que pudiera interrumpir la prescripción del delito.

El Ministerio Público también hizo notar hoy que los cargos que pesan sobre Derguy aluden a acciones supuestamente cometidas en Francia, ya que tienen que ver con el envío de una carta bomba enviada desde París a la empresa Pastas Arruabarrena de la localidad guipuzcoana de Lazkao, que pudo ser desactivada por la policía sin que llegara a explotar.

Es decir, que por eso podría haber sido juzgado en Francia o que incluso ahora "nada impide que al margen de la euroorden" España pueda denunciar al veterano terrorista en Francia, aunque de nuevo habría que salvar el obstáculo de una posible prescripción, comentó la portavoz.

La justicia española, en respuesta al Tribunal de Apelación de Agen había precisado que su orden de arresto se limitaba al intento de asesinato por el envío de la carta bomba a Pastas Arruabarrena, y no por la presunta vinculación de Derguy con una furgoneta cargada de explosivos recuperada por la policía en la localidad barcelonesa de Castelldefels en julio de 1993.

El caso debe ser objeto de un dictamen de los jueces franceses el próximo 17 de agosto, aunque eso no signifique necesariamente que el procedimiento termine entonces, ya que, por ejemplo, en caso de que se decretara la entrega, el interesado podría recurrir al Tribunal Supremo.

Derguy, que estuvo presente hoy en la vista, seguirá hasta entonces en libertad bajo control judicial, lo que implica que no podrá salir del territorio francés, tiene restringido su desplazamiento a varios departamentos del suroeste del país y la obligación de residir en Cahors (centro), donde tiene domicilio, y tendrá que fichar en la comisaría allí.

El etarra de 50 años estuvo encarcelado en Francia 12 años por su implicación en la organización terrorista hasta que salió en libertad condicional en marzo de 2008.

Fue arrestado el 6 de julio pasado en virtud de la euroorden española en Cahors, gracias a una operación en la que participaron los servicios de información de la policía española, pero una semana después quedó de nuevo libre.

Si la justicia francesa se pronunciara a favor, podría convertirse en el primer ciudadano francés entregado a España con un mandato de arresto europeo.

Por otra parte, sobre la exdirigente de Batasuna Aurore Martin, también de nacionalidad francesa, pesa un dictamen definitivo del Tribunal Supremo de Francia para ser entregada a España, donde se la reclama para juzgarla por sus actividades entre 2005 y 2008 en ese partido ilegalizado.

Martin lleva meses en la clandestinidad para evitar su arresto y quedar en manos de las autoridades española, aunque desde mediados de junio ha hecho diversas apariciones públicas.

Askatasuna ha organizado una cadena humana esta tarde, al comienzo de las fiestas de Bayona, para reclamar el rechazo a la euroorden contra Derguy.