La magistrada de la Audiencia Nacional Ángela Murillo decidió abstenerse de juzgar al exjefe de ETA Francisco Javier García Gaztelu "Txapote", y otros tres etarras a los que el miércoles llamó "cabrones" durante el juicio, para no causar "perjuicio alguno" a la causa. "He decidido abstenerme del conocimiento de este asunto en aras de no causar perjuicio alguno al procedimiento, a las partes procesales, a los acusados en situación de prisión y a las víctimas", anunció la presidenta del tribunal que juzgaba desde el miércoles a los cuatro etarras por el asesinato en 2001 del concejal de UPN en Leiza (Navarra) José Javier Múgica.

Murillo reconoció que su expresión fue "ciertamente desafortunada", y aunque considera que su imparcialidad objetiva se mantiene "inalterada", comunicó su renuncia al presidente de la sala de lo penal de la Audiencia Nacional, Javier Gómez Bermúdez, que aceptó su abstención.

La sección cuarta de la Audiencia Nacional acordó en un auto que el juicio se repita hoy desde el inicio con un nuevo magistrado en el tribunal -José Ricardo de Prada- y presidido por la jueza Carmen Paloma González.

Expresión desafortunada

En la explicación que ofreció a los presentes en la sala, Murillo admitió que la expresión "cabrones" que dijo en la sesión del miércoles fue "ciertamente desafortunada" y admitió que la emisión de tal comentario "es una realidad, aunque ninguno de los asistentes pudo apercibirse de ella porque a ninguno iba dirigido", dijo.

La magistrada estima que, pese a haber pronunciado esas palabras, su "imparcialidad subjetiva permanece inalterada", si bien considera que la doctrina sentada por el Supremo, que entiende de gran importancia la "imparcialidad objetiva, que sin duda alguien puede considerar afectada", es motivo para retirarse del juicio.

Esta decisión se produce después de que ayer la jueza, tras escuchar el testimonio de la viuda de Múgica, y sin darse cuenta de que el micrófono se mantenía abierto, señaló durante la celebración de la vista: "pobre mujer, (....) y encima se ríen estos cabrones".

La jueza Murillo decidió ella misma apartarse de la causa tras consultárselo a sus compañeros de tribunal y al presidente de la sala de lo penal. "Es un gesto de nobleza", calificaron fuentes próximas a la magistrada. Según explicaron las fuentes consultadas, los propios jueces que integraban el tribunal con Murillo -Carmen Paloma González Pastor y Juan Francisco Martel- "ni se dieron cuenta" de la expresión proferida por la presidenta durante la vista oral, y fue al término de la sesión, ya en sus despachos de la Audiencia Nacional, cuando les informaron de lo ocurrido.

En concreto, en el momento en el que Murillo hizo el comentario, su compañero Martel le estaba señalando una foto que consta en la causa en la que se veía a la víctima tras la explosión de la furgoneta-bomba, precisaron las fuentes.

Tras comprobar los tres magistrados que la presidenta había pronunciado dicha expresión, la propia Murillo decidió que debía apartarse del procedimiento, una decisión que apoyaron sus otros dos compañeros

El tribunal preguntó a la Fiscalía sobre cómo creía que debía proceder y aquella aconsejó que "siguieran adelante" con la vista oral. Sin embargo, la sala se lo comunicó a Gómez Bermúdez para designar un magistrado sustituto.