El nuevo ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, ha advertido hoy de que "todos los instrumentos de la lucha antiterrorista van a seguir activos" hasta el día que ETA deje de existir y se pueda comprobar su total disolución.

En una comparecencia en la sede del Ministerio tras tomar posesión de su cargo, en presencia de los altos mandos de la Policía y la Guardia Civil y arropado por decenas de compañeros del PP, Fernández Díaz ha añadido que desea que ese momento llegue "lo antes posible"

"Ese día será un gran día y seguramente ese día esas unidades antiterroristas podrán ser desactivadas", ha dicho.

Para ello, ha prometido "diálogo" con las fuerzas políticas y con las instituciones que puedan colaborar en convencer a la banda de que desaparezca y ha insistido en que su actuación se basará en la "estricta aplicación de la ley y solo de la ley".

El ministro se ha felicitado del anuncio de ETA de un abandono definitivo de su actividad terrorista, pero ha dejado claro que si ETA ha tomado esta decisión ha sido gracias a la acción "implacable e impecable" de las Fuerzas de Seguridad, jueces y fiscales y del conjunto de las instituciones.

En su primer acto como titular de Interior, al que han asistido antiguos ministros del PP como Ángel Acebes o José María Michavila, Fernández Díaz, ha rendido homenaje al "ejemplo extraordinario ético y moral" de las víctimas del terrorismo que, ha recordado, "nunca se han tomado la justicia por su mano".

Con la vista puesta en el futuro y en la actual situación económica y en una posible conflictividad social en los próximos meses, ha reconocido que se avecinan "tiempos complicados" que van a requerir "mano derecha y mano izquierda".

"Vivimos y vamos a vivir tiempos recios, tiempos complicados que van a requerir de mano derecha y de mano izquierda de saber ejercer inteligentemente la autoridad", ha señalado el ministro, parafraseando a Santa Teresa, de la que ha confesado profesar una gran devoción.

En este sentido, ha advertido de que las Fuerzas de Seguridad velarán porque se puedan ejercer derechos fundamentales como el de manifestación pero haciéndolos compatibles con los derechos de otros ciudadanos de vivir en libertad y de circular por la calle "con normalidad".