El rey ha declarado hoy abierta la X Legislatura en una ceremonia dotada de toda la solemnidad a la que obliga el protocolo, y que esta vez ha tenido un valor añadido, porque ha recibido de la inmensa mayoría de diputados y senadores el aplauso más largo que se recuerda en el hemiciclo del Congreso.

Nada más aparecer junto a la reina Sofía tras la tribuna presidencial, desde un acceso que sólo se abre con ocasión de la apertura de la legislatura, los más de 600 nuevos parlamentarios se han puesto en pie y han comenzado a aplaudir al jefe del Estado, ovación sostenida durante varios minutos.

No todos lo han hecho, porque varios diputados han permanecido quietos, firmes, mientras a su alrededor todos aplaudían sin cesar.

Eran los portavoces de IU, Cayo Lara; el del PNV, Josu Erkoreka; la diputada de Geroa Bai, Uxue Barkos, y la portavoz de UPyD, Rosa Díez, quien no obstante ha rectificado sobre la marcha y al final se ha sumado a la mayoría, aunque parecía aplaudir sin ganas.

No tuvieron necesidad de hacer ningún gesto los parlamentarios de Amaiur y los tres diputados de ERC, ausentes del hemiciclo.

El homenaje al rey ha tenido lugar apenas tres días después de su discurso de Nochebuena, en el que abogó por una Justicia igual para todos, referencia que ha sido interpretada como alusión a su yerno, Iñaki Urdagarin, investigado por presunta corrupción.

Desde la tribuna presidencial don Juan Carlos agradecía los aplausos con un gesto de cabeza, pero a un diputado del PP todavía le quedaban ganas y al acabar ha gritado un ¡Viva el Rey! que ha sido secundado por un grupo de compañeros de grupo.

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, que ha seguido la sesión desde la tribuna de autoridades, ha confesado después a los periodistas que le había parecido la ovación al rey más larga y sostenida "de la historia".

Tras escuchar el Himno Nacional, bien apretados en las sillas situadas en vez de los escaños para dar cabida a todos, diputados y senadores han escuchado en silencio las palabras del presidente del Congreso, Jesús Posada, muy elogioso con el rey y previsor del tiempo de "esfuerzos" que se avecina por la crisis económica.

Su reflexión ha merecido el reconocimiento casi unánime del hemiciclo, porque Cayo Lara tampoco ha aplaudido.

Luego ha sido el turno del Rey, quien ha emplazado a los presentes a volcarse contra la crisis y también a reforzar la "confianza" en las instituciones.

Aunque su mención no era directa, ha quedado claro que al pedir que se respeten las "normas y plazos que regulan su funcionamiento" aludía al Tribunal Constitucional, el Tribunal de Cuentas y el Defensor del Pueblo, pendientes de renovación desde hace años.

Tras declarar abierta la X Legislatura, una nueva oleada de aplausos ha llenado el hemiciclo y aquí sí han ovacionado al jefe del Estado Rosa Díez, Josu Erkoreka y Uxue Barkos, en tanto que el portavoz de IU, Cayo Lara, siguió con su huelga de "brazos caídos".

La sesión ha permitido ver al nuevo Gobierno, con Mariano Rajoy al frente, sentado en el banco azul, aunque el presidente ha ocupado el escaño opuesto al que tenía José Luis Rodríguez Zapatero, a la derecha del hemiciclo, con su grupo parlamentario detrás.

A partir del escaño de Rajoy se han ubicado los ministros, por orden de antigüedad de cada departamento, pero el Ejecutivo más reducido de la democracia deja libre varios escaños, que eran los que correspondían a los primeros puestos del Gobierno de Zapatero.

Y mientras los exministros socialistas que siguen como diputados iban acostumbrándose a ver el banco azul desde arriba, la alfombra central del hemiciclo acogía la llegada de sus muy sonrientes sustitutos, que no han parado de recibir besos, felicitaciones y todo tipo de muestras de cariño, y no sólo de los suyos.

La vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría ha sido una de las que más saludos ha recibido, junto a la ministra de Empleo, Fátima Báñez, que no ha dudado en pasar por los escaños de su grupo para atender a sus compañeros.

Mientras aguardaban el comienzo de la sesión, parecía que les daba vergüenza sentarse en sus escaños, o que ninguno quería ser el primero.

Finalmente ha sido el ministro de Economía, Luis de Guindos, quien primero lo ha hecho, junto a la ministra de Sanidad, Ana Mato.

Y el último, Rajoy, pero porque ha tenido que recibir a los reyes a su llegada a la Carrera de San Jerónimo y ha entrado en el hemiciclo cuando todo el mundo ya estaba en su sitio y en silencio.