El líder del Partido Socialista de Madrid (PSM), Tomás Gómez, apeló ayer al consenso y a la construcción de un nuevo discurso político para el PSOE en la apertura del "congresillo" en el que los socialistas madrileños se debaten entre dos listas para elegir a sus delegados para el Congreso Federal: la de Gómez y la de Lissavetzky.

A unos pocos días del Congreso de Sevilla, los socialistas madrileños celebraron su propio cónclave para elegir a los 79 delegados que los representarán, para lo que se van a presentar dos listas, una encabezada por Gómez, que pide esperar a conocer cuántos candidatos se presentan a la Secretaría General del PSOE, y la que defiende Jaime Lissavetzky, abiertamente a favor de Alfredo Pérez Rubalcaba.

En su discurso inicial, Gómez no hizo mención a las listas, pero sí hizo un llamamiento a los casi mil militantes del "congresillo" para fijar una posición de consenso entre los delegados que representarán al PSM en Sevilla, porque hasta ahora "no se aprecian grandes diferencias políticas" en los planteamientos y enmiendas que se han realizado.

Jaime Lissavetzy no quiso hacer declaraciones a lo largo de la tarde, pero sí habló César Giner, portavoz de la corriente Más Izquierda Madrid, quien señaló que las fuerzas "están muy divididas" en el congreso y remarcó que en el seno del PSM hay "una gran ilusión" por el proyecto de Alfredo Pérez Rubalcaba.