El presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, avanzó ayer su intención de mantener el calendario previsto para la aprobación en marzo de los presupuestos generales del Estado de 2012, que verán la luz después de que la Comisión presente sus nuevas previsiones de crecimiento.

Rajoy ratificó ese calendario en la rueda de prensa que ofreció junto con el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, tras la reunión que ambos mantuvieron horas antes del Consejo Europeo.

Fuentes de la Comisión habían avanzado que Barroso pediría a Rajoy un adelanto en la presentación de los presupuestos para minimizar las distorsiones en las cuentas públicas, pero ninguno de ellos confirmó que haya hablado al respecto, aunque Rajoy insistió en mantener sus previsiones.

De hecho, el presidente español puntualizó que de lo que hablaron fue de las previsiones macroeconómicas.

Al respecto, explicó que España debe aprobar un nuevo cuadro macroeconómico porque el actual fija que el país va a tener un crecimiento del 2,3% en 2012 y es evidente que eso no va a ser así.

Tras recordar que ya se saben las previsiones del Fondo Monetario Internacional, explicó que su Gobierno quiere saber las previsiones macroeconómicas de la Comisión, que se harán públicas el 23 de febrero.

A partir de ahí, Rajoy resaltó que su Gobierno hará sus previsiones, aprobará el techo de gasto y, después, presentará los presupuestos, donde puntualizó que se continuará en la senda de reducción del déficit ya iniciada.

"Las previsiones de la Comisión serán en febrero e, inmediatamente después, nosotros presentaremos las nuestras y el techo de gasto", apostilló.

Barroso se limitó a elogiar las medidas económicas anunciadas por el Gobierno español y subrayó que la Comisión confía en que exponga "de manera urgente" las decisiones concretas y "ambiciosas" para llevar a la práctica sus compromisos, sobre todo los relativos al mercado de trabajo y al sector financiero.

A su modo de ver, "España es esencial para la estabilidad de la eurozona y es importante que el nuevo Gobierno entable un diálogo constructivo con sus socios europeos y con la Comisión y exponga sus planes de reforma de un modo detallado y con el calendario correspondiente", agregó.

El presidente del Gobierno español reconoció que los socios comunitarios tienen que tomar decisiones difíciles, pero arguyó que todos han de actuar "con sentido común".