Los políticos son los que deberían dotar a la izquierda de nuevas ilusiones y el Congreso del PSOE que se celebra en Sevilla sería un buen momento, según Raffaele Simone, que acaba de publicar en España "El monstruo amable ¿El mundo se vuelve de derechas".

EL lingüista italiano ha escrito un ensayo demoledor para la izquierda occidental y en el que alerta del peligro de que los países avanzados adopten el modelo chino: dictadura en lo político y liberalismo en lo económico, que él califica de fenómeno interesante, pero trágico.

Simone augura la desaparición de la izquierda- si no reacciona a tiempo- fagocitada por la Neoderecha, que el denomina el "Monstruo amable" de cuya nacimiento ya alertó el francés Alexis de Tocqueville en la primera mitad del siglo XIX, de acuerdo con su libro.

El lugar del "soberano" del escritor galo, que llegaría a injerirse en todos los asuntos de la vida privada, Simone habla de un "ente inmaterial e invisible" formado por todos aquellos que gobiernan la cultura de masas del planeta.

Ese monstruo -que únicamente se encarga de garantizar el disfrute- es "absoluto, minucioso, regular, previsor y amable" y una de sus preocupaciones es asegurar "al mayor número de personas un abanico de experiencias agradables y revitalizadoras, que incrementen su bienestar físico y psicológico, pero sobre todo que las induzcan a consumir", según el lingüista italiano.

Y frente a él, de acuerdo con el autor de la obra publicada por Taurus, una izquierda que ha perdido sus ideales, aunque admite que el socialismo español -algo que no ocurre el italiano- todavía tiene algunos de los elementos jacobinos como la radicalidad.

En su obra destaca que a la izquierda se le echa de menos cuando no está en el poder, pero se deplora cuando está.

Y añade que con la llegada de la modernidad globalizada y consumista (lo que sería el monstruo) "los ideales de la izquierda- lo que realmente la distinguen de la derecha- ya no parecen estar a la altura de los tiempos", porque, en esta época derrochadora, consumista y liberal hasta el extremo tienen un "aspecto intrínsecamente restrictivo, trasnochado y deprimente.

Raffaele Simone argumenta que ser de izquierdas hoy requiere de una gran esfuerzo porque el hombre (pone como ejemplo que los niños, por naturaleza son egoístas) tiene que luchar contra esta tendencia innata hacia el hedonismo para asumir los principios de izquierdas.

De ahí, explica, que se den muchos más escapismos de la izquierda a la derecha, que al contrario.

En cuanto a los jóvenes, Simone no es mucho más optimista que con el resto de las cuestiones y echa en falta las juventudes de los partidos de antes, aunque muestra cierta esperanza con los movimientos como los de los indignados del 15-M.

En su opinión, si los partidos de izquierdas fueran agudos e inteligentes reflexionarían sobre el sentido de los movimientos y apostarían por recuperar ideales que resulten atractivos, que no suenen a renuncia y sacrificio.

En su entrevista con EFE, Raffaele Simone se muestra reticente a manifestar cuales podrían ser algunas de las medidas que podría impulsar la izquierda.

También recuerda en su obra los resultados negativos de los regímenes comunistas y resalta que en toda Europa, y sobre todo en las últimas generaciones, los líderes de la izquierda no tienen grandes proyectos, ni análisis, ni soluciones, ni respuestas.

Apunta textualmente: los líderes de izquierdas no han producido ni siquiera una idea sólida desde la época del Estado de Bienestar, !y de aquello hace nada menos que casi setenta años!

Simone puntualiza que "la izquierda ni siquiera ha entendido que en el análisis y en la lucha contra las desigualdades planetarias habría podido encontrar una de sus misiones más prometedoras.

Al pesimismo que se desprende de su trabajo para el futuro de Occidente, en manos de ese monstruo fagocitador y en el que la izquierda huele a derecha, el autor responde con la dedicatoria que aparece en texto. "Para los que siguen creyendo".