El aspirante a liderar el PSOE Alfredo Pérez Rubalcaba ha prometido hoy que si es elegido secretario general ejercerá un liderazgo fuerte y no se dejará quebrar, y como prueba de ello ha amenazado al PP con revisar todos los consensos de la transición, incluidos los acuerdos con el Vaticano.

Rubalcaba ha empleado casi una hora en presentar su proyecto político ante los delegados que asisten en Sevilla al 38 congreso federal del PSOE, en el que a primera hora de la tarde se escogerá entre él y Carme Chacón al sustituto de José Luis Rodríguez Zapatero al frente del partido.

Después de dejar claro que no cree en supuestos "salvadores" ni en liderazgos personalistas ni carismáticos, "y ahora menos que nunca", ha garantizado que si él es el nuevo secretario general ejercerá un liderazgo fuerte.

"A mí no me van a quebrar", ha certificado.

Y ha querido ofrecer la primera prueba de esa fortaleza al anunciar que si es el líder del PSOE, cuando éste vuelta a gobernar está dispuesto a replantear todas las posiciones de los socialistas en los últimos 30 años, habida cuenta de que el PP de Mariano Rajoy está planteando retrocesos de 30 años en el mes escaso que lleva en el Gobierno.

"Si quieren retroceder 30 años, retrocedamos en todo. Si quieren sistemáticamente vulnerar todos los consensos, nosotros aceptamos el reto. Nosotros volveremos a hace 30 años y replantearemos nuestras posiciones, que han sido sensatas siempre en pos del acuerdo, de la convivencia razonable entre todos los españoles", ha advertido.

Así las cosas, su primera revisión sería la de los acuerdos con la Santa Sede.

Este anuncio lo ha efectuado Rubalcaba como respuesta a los retrocesos que, a su juicio, está promoviendo el PP, como la vuelta de la ley de aborto de 1985, en un plan que ha identificado con "la segunda transición" vaticinada en su día por el ex presidente José María Aznar.

Precisamente para combatir esa "segunda transición" ha dejado claro que el PSOE debe salir de este cónclave "todos juntos, unidos, fuertes, reconocibles en torno a un proyecto".

La unidad ha sido uno de los ejes de su discurso, en el que también ha apostado por "el cambio con contenido" y por ofrecer un proyecto solvente y con credibilidad, que permita recuperar de nuevo la confianza de la ciudadanía, empezando por los municipios.

Desde su punto de vista, lo primero que tiene que hacer el PSOE es situarse claramente en el debate de cómo salir de la crisis con un proyecto propio, reconocible, socialista, europeo y solvente.

Eso, ha señalado, debe ser una tarea colectiva, en la que no caben liderazgos personalistas ni carismáticos. "Una tarea colectiva que nos llama a todos", ha insistido, antes de constatar: "Me vais a oír muchas veces el ''nosotros'' y muy pocas veces el ''yo''".

Si es secretario general ejercerá un liderazgo fuerte, sin "rubalcabismo", en una nueva etapa en la que rehuirá el sectarismo. "Yo odio el sectarismo", ha apostillado, y ha asegurado que no pedirá salvoconductos ni emitirá facturas; "y no le voy a pedir un cheque en blanco a mi propio partido".

Rubalcaba ha sostenido, además, que el secretario general debe ser "el líder moral del PSOE", que exija austeridad individual y colectiva, en los comportamientos públicos y en los privados.

Tras valorar el respeto y elegancia de su campaña y de la de la otra aspirante, Carme Chacón, ha bromeado al decir: "Carme ha dicho 58 veces que él es el pasado, y yo he dicho sesenta que tengo más experiencia que ella".

Al comienzo de su intervención, Rubalcaba ha defendido el legado de Zapatero, ha puesto en valor la labor útil e inteligente que desempeñó en la oposición y le ha agradecido que en los últimos años supiera anteponer los intereses del conjunto del país sobre los de su propio partido.

No se ha olvidado de las elecciones autonómicas andaluzas y asturianas y ha prometido que, sea cual sea el resultado de este congreso, él será el primer activista socialista en contribuir a la victoria del PSOE en esas comunidades.

En esta línea, ha remachado la necesidad de que el PSOE tenga una voz común sobre los temas importantes y que la defienda por igual en todos los sitios, habida cuenta de que aunque es razonable que las federaciones tengan más peso en el futuro, los socialistas no deben traspasar nunca la línea que separa un partido federal que una confederación de partidos.

Si gana, contará con personas de todas las federaciones y de todas las edades, que formaran parte de un equipo único, unido, fuerte y reconocible.

La defensa "a toda costa" de los derechos sociales y civiles será otra de sus banderas, así como seguir profundizando en la igualdad de género, empezando por el propio partido, que, además, debe ser más abierto, más permeable y más transparente.

Si es secretario general, antes del verano convocará una conferencia de organización, y también propondrá revisar el sistema de voto rogado de los españoles en el exterior, que las últimas convocatorias electorales han demostrado que ha sido un fracaso.