El fiscal general del Estado, Eduardo Torres-Dulce, se mostró ayer satisfecho con el archivo por prescripción de la causa al juez Baltasar Garzón por el patrocinio a los cursos que impartió en Nueva York pero insistió en que la posición de la Fiscalía era que no había delito.

Así lo manifestó Torres-Dulce a preguntas de los periodistas durante la presentación del proyecto de elaboración del Libro Blanco del Ministerio Fiscal después de que el lunes el instructor de la causa en el Tribunal Supremo (TS), Manuel Marchena, la archivara al estimar que el delito de cohecho impropio que le imputaba está prescrito.

Elogió el "escrito extraordinariamente pormenorizado y de una altísima calidad técnico-jurídica" en el que la Fiscalía solicitaba a Marchena el archivo al considerar que el juez no cometió el delito de cohecho pasivo impropio que le imputó en el mismo auto en el que transformó la causa en procedimiento abreviado el 26 de enero.

Asimismo, el Ministerio Público solicitaba al instructor que, en todo caso, si no estimaba esa pretensión, dictara también el sobreseimiento libre por haber prescrito el delito.

Y, aunque el magistrado así lo hizo, sí precisó que, de no haberse dado la prescripción del delito por tan solo 25 días, la causa habría tenido un "desenlace bien distinto" al del archivo. Así, Torres-Dulce se mostró satisfecho de que Marchena, por el que siente "respeto" y "afecto", acogiera esta alternativa propuesta por la Fiscalía, pero quiso insistir en que "la petición principal era que los hechos no eran constitutivos de delito".

Por otra parte, los abogados Antonio Panea y José Luis Mazón, que se querellaron contra Garzón por el patrocinio de los cursos que impartió en Nueva York entre 2005 y 2005, recurrieron ayer ante el TS el archivo de la causa.

Los letrados, que presentaron un recurso de reforma y otro de apelación, dicen que Marchena da la impresión de que "buscaba la cabeza de Garzón" y de que "cuando la ha tenido" por la condena por las escuchas del caso Gürtel, ha archivado la causa que investigaba el patrocinio que cinco empresas españolas dieron a sus conferencias en Nueva York.

Los querellantes insisten en pedir la apertura de juicio oral a Garzón por los delitos de prevaricación y cohecho propio al considerar que no existió prescripción, sino que Marchena la ha "inventado" y que, "de existir, lo compromete a él gravemente a título personal como juez por el retardo intencionado en no acordarla".