El Ejército de Tierra culminará este año la compra de las nuevas ametralladoras ligeras con la recepción de las últimas unidades del modelo MG-4E, cuyo proceso de adquisición comenzó en 2006 con un presupuesto cercano a los 20 millones de euros.

Según informa hoy el Ejército, en el último trimestre de este año, la Sección de Armamento y Sistemas de Artillería, de la Dirección de Sistemas de Armas, culminará el proceso de adquisición de la ametralladora ligera MG-4E, diseñada por la empresa alemana Heckler & Koch (H&K).

Las últimas recepciones completarán el total de 1.800 unidades, previstas en los contratos sucesivos que el Ejército ha firmado con H&K desde 2006, por un importe final cercano a los 20 millones de euros, según precisa el Ejército.

Estas ametralladoras ligeras se encuentran en uso en las unidades del Ejército desde 2008, cuando se distribuyeron las primeras unidades, y actualmente son empleadas por las tropas desplegadas en Afganistán.

También son utilizadas en las Academias General Militar, de Caballería y de Logística, en todas las Brigadas de Infantería Ligera, Acorazada y Mecanizada, en la de Caballería, así como en el Mando de Operaciones Especiales.

La MG-4E pesa 7,9 kilos y mide poco más de un metro, tiene un calibre de 5,56 milímetros y una cadencia de tiro de entre 850 y 900 disparos por minuto.

Su alcance efectivo es de un kilómetro y el máximo, de cuatro, y está ideada para resistir condiciones extremas de polvo, humedad y frío.

Parte del arma se fabrica y se ensambla en la fábrica de General Dynamics Santa Bárbara Sistemas de A Coruña.

La incorporación de la MG-4E no significa el abandono de la actual MG-42/58, que con un calibre 7,62 milímetros, es más adecuada para utilizarla montada sobre vehículos, como el Pizarro, según el coronel Sotomayor, jefe de la Sección de Armamento y Sistemas de Artillería.