El expresidente balear Jaume Matas fue condenado ayer a penas que suman 6 años de prisión por varios delitos de corrupción al haber beneficiado fraudulentamente con dinero público al periodista que le escribía los discursos, Antonio Alemany, sentenciado a una pena de 3 años y 9 meses de cárcel.

Esta es la primera sentencia del caso Palma Arena, una causa dividida en 26 piezas sobre corrupción en la que Matas está imputado en una veintena, entre ellas la investigación del Instituto Nóos, que fue presidido por Iñaki Urdangarin.

Matas, cuarto expresidente autonómico condenado por corrupción, fue responsable del Govern balear entre los años 1996-1999 y 2003-2007 y ministro de Medio Ambiente de 2000 a 2003.

La sentencia hecha pública ayer condena a cuatro de los seis acusados que se sentaron en el banquillo en enero, y absuelve a las exjefas de gabinete de Matas Dulce Linares y María Umbert.

En la resolución, la sección primera de la Audiencia de Palma considera probado que de 2003 a 2007 Matas concedió a Alemany mediante un concurso pantalla 200.000 euros por escribir sus discursos y asesorarle en materia informativa, al tiempo que influyó para beneficiarle con una subvención de 450.000 euros para crear una agencia de noticias.

Matas es condenado por estos hechos a dos penas diferenciadas: 5 años, 3 meses y 1 día de cárcel en calidad de inductor por los delitos de fraude a la Administración, falsedad en documento oficial y mercantil, prevaricación y malversación, y 9 meses y 1 día de prisión por tráfico de influencias.

Los discursos de Alemany

La primera pena se refiere al concurso otorgado por el Govern a la empresa Nimbus, propiedad de uno de los condenados, para asesoría en medios de comunicación y que en realidad fue un "auténtico disfraz", según la sentencia, para pagar a Alemany los discursos.

La resolución considera probado que Matas quería contar con Alemany, periodista de "dilatada trayectoria" y "afín a posicionamientos del PP", pero este último no deseaba que se le contratase como asesor externo del Govern porque quería "mantener el anonimato" como tal y seguir dedicándose a sus empresas y a su actividad como articulista en El Mundo/El Día de Baleares.

Para pagarle sus servicios era preciso "acudir a alguna estratagema", por lo que Matas, que según la sentencia "poseía conocimientos de la contratación administrativa", concibió la idea del concurso público a Nimbus, que lo tramitó un departamento dependiente de él y además por la vía de urgencia.

El dueño de Nimbus, Miguel Romero, sentenciado a 1 año, 1 mes y 15 días de prisión por estos hechos, accedió a presentarse al concurso como "favor" personal a Matas y en previsión de futuras contrataciones públicas, pero derivó el dinero que obtenía a una empresa de Alemany, quedándose con un 5% de comisión.

El concurso lo tramitó el ex director general de Comunicación del Govern de Matas, Joan Martorell, condenado a 1 año y 6 meses, y lo hizo porque era "en extremo obediente y leal al presidente".

Ninguno de los objetivos de este contrato público se cumplió, según la sección primera, y "solo sirvió para retribuir a Alemany todos los servicios que Matas le encomendó y que efectivamente llevó a cabo durante toda la legislatura".

La sentencia cree que Matas actuó en todo esto como inductor ya que "fue él quien, al haber diseñado el plan que otros, en cadena, ejecutaron, posibilitó la aplicación de caudales públicos a un fin meramente particular".

En el caso de la subvención a Alemany para crear la Agencia Balear de Noticias (ABN), la sentencia considera probado que Alemany pidió a Matas que le concediera una ayuda para este proyecto.

Martorell, siguiendo las instrucciones de Matas, ordenó a una funcionaria que otorgara la máxima puntuación a la empresa "pantalla" que presentó Alemany a la subvención, en la que figuraban sus sobrinos como administradores pero, en realidad, era de su propiedad.