El responsable de Sanidad y Asuntos Sociales del PP, José Ignacio Echániz, indicó ayer que los ciudadanos pueden estar "tranquilos" porque no va a haber recortes en los servicios sanitarios que se prestan, sino "ajustes" en gastos "improductivos e innecesarios". Mientras, los socialistas se oponen con contundencia a que se aplique el copago y lo colocan como línea roja que no permitirán que se traspase, por lo menos con su apoyo o indiferencia.

Echániz lanzó dicho mensaje en una rueda de prensa ante los augurios de la oposición, que pronostica un recorte en las prestaciones sanitarias o la implantación de medidas que incluyen el copago en la sanidad. "No va haber recortes, sí ajustes porque hay márgenes para el ajuste", recalcó el dirigente popular antes de añadir que "hay márgenes de eficiencia que, bien resueltos, generan holguras para hacer las cosas mejor". Insistió, asimismo, en que, en la actualidad, existe un "profundo problema" para financiar la sanidad, que ha atribuido a la deuda con los proveedores, de más de 15.000 millones de euros que, según señala, "dejó el PSOE".

El también consejero de Sanidad de Castilla-La Mancha señaló que la "difícil" situación de la sanidad se debe a las deudas del pasado y a los 5,3 millones de parados de "herencia" que han dejado los ocho años de Gobierno socialista. Recordó que la sanidad se financia con los impuestos de los trabajadores y que la situación actual de desempleo, de la que culpa a José Luis Rodríguez Zapatero y a Alfredo Pérez Rubalcaba, ha puesto en una posición "complicada" a la sanidad desde el punto de vista de la sostenibilidad.

Para preservar el sistema sanitario, que define como la "joya de la corona", envidiada por muchos países, es necesario, en su opinión, hacer ajustes en el presupuesto y eliminar "gastos improductivos e innecesarios", sobre todo en este momento de crisis económica.

Evitar duplicidades

El responsable de Sanidad del PP pone como ejemplo las duplicidades que existen en el ámbito sanitario y determinadas cuestiones que se pagaban y que, en un momento de crisis, hay que dejar "temporalmente" de financiarlas hasta que el país vuelva a tener capacidad financiera para ello.

Pese a ello, ha mandado un mensaje de "tranquilidad", toda vez que "ahora hay un Gobierno serio" que quiere "revertir" la situación y peleará para que siga habiendo un sistema sanitario que funcione, "en esencia exactamente igual los próximos 30 o 40 años".

Por su parte, la secretaria de Política Social del PSOE, Trinidad Jiménez, anunció ayer que su partido no apoyará ningún pacto de sanidad con el PP que incluya el copago y mostró su preocupación por las últimas declaraciones de dirigentes populares sobre la posibilidad de recortes en los servicios sociales. Jiménez recalcó que su partido no va a permitir que el PP desmantele el Estado de Bienestar, porque es un sistema que "España se lo puede permitir".

"La sanidad es uno de los servicios públicos más valorados por la ciudadanía, lo llevamos consolidando desde los últimos años con una mayor solidez y calidad" y, desde el PSOE, "lo vamos a defender hasta el final".

En su opinión, en época de crisis los servicios sociales son "absolutamente indispensables para los ciudadanos", ya que son usados por las personas que están en una situación "de mayor riesgo y vulnerabilidad".

Respecto al copago, resaltó que el PP siempre ha dicho que lo rechazaba, incluso en campaña electoral, pero, sin embargo, en Cataluña lo han apoyado tras implantarlo CiU. Para Jiménez, el copago es "injusto" puesto que ya pagamos entre todos la sanidad con nuestros impuestos. Por eso, se muestra inquieta por desconocer el beneficio económico que "exactamente" va a traer consigo.

La exministra de Sanidad censura que se haya recortado 8.000 millones en sanidad, educación y servicios sociales. En su opinión, se pone en cuestión "un determinado modelo de sanidad universal que hemos creado entre todos en los últimos 30 años".