La vicesecretaria general del PSOE, Elena Valenciano, ofreció ayer "diálogo" al Gobierno, aunque ha advertido de que los socialistas no van a aceptar un "trágala" de "la derecha" porque no consentirán que la crisis sirva de "coartada" para "desmontar el estado del bienestar".

Valenciano ha explicado que el Grupo Socialista en el Congreso no ha "acompañado" al Gobierno en la Ley de Estabilidad Presupuestaria "porque ellos han roto el acuerdo" entre PSOE y PP en los "términos" que se habían alcanzado en el mes de septiembre.

La dirigente nacional del Partido Socialista ha rechazado las políticas económicas que está llevando a cabo el Ejecutivo de Rajoy por su "embestida brutal contra el estado del bienestar" y porque se demuestra que "los mercados están castigando también a aquellos que sólo ajustan", como así han constatado diarios y analistas internacionales.

En la misma línea, el secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, aseguró que ofrecerá consensos al PP "una y otra vez", aunque se quejó de que el Gobierno practique una estrategia que consiste en "pintarlo todo negro para entrar luego a dar hachazos" al estado del bienestar.

"Siempre es la misma estrategia", lamentó Rubalcaba durante su intervención en el XII Congreso del PSOE de Castilla y León, ante el que defendió la necesidad de que el Gobierno asuma que es España la que necesita de consensos en materia social, institucional y política.

El líder socialista remarcó que "dibujos en negro" sobre las universidades españolas o la productividad de los funcionarios, con "alusiones al cafelito", son el "preludio de los hachazos" que llegan a través de los presupuestos, en los que plantean "su particular ajuste de cuentas con un estado del bienestar que nunca les gustó".

Rubalcaba aseguró que el Gobierno no tiene un plan para superar la crisis, a pesar de que los dirigentes del PP afirmaban que "la crisis era Zapatero" y cuando gobernaran ellos la situación se resolvería; lo hacían, añadió, porque el fin era "llegar a la Moncloa" para desplegar "sus ministros con martillo para dar a todo lo que tienen por delante".

Sin embargo, el máximo dirigente del PSOE recordó que no es partidario de "la liga del cuanto peor, mejor", por lo que reiteró que, a pesar de las "líneas rojas" en estabilidad presupuestaria y servicios públicos esenciales, mantiene su oferta de diálogo por el bien de España.