La vicepresidenta del Gobierno español, Soraya Sáenz de Santamaría, anunció ayer que el Gobierno seguirá con las reformas para "la liberalización de determinados servicios", entre los que destacó "la gestión de infraestructuras y servicios de transporte".

Sáenz de Santamaría hizo este avance poco antes de intervenir en Santiago de Compostela en una reunión organizada por la fundación Konrad Adenauer en la que participaron también los ministros de Economía, Luis de Guindos, y de Asuntos Exteriores, José Manuel García Margallo, así como el ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble, y el presidente del Parlamento germano, Norbert Lammert.

"Seguiremos con las reformas para la liberalización de determinados servicios, tal y como señaló el Gobierno", aseveró y, a continuación, añadió que se trata de "un programa de reforma completo para la modernización del país" y apuntó que "ahora toca seguir aquellos cambios que son imprescindibles para volver a crecer y crear empleo".

A su vez, incidió en la necesidad de "modernizar el conjunto del país, las administraciones públicas y los distintos mercados para que España pueda salir reforzada de la crisis". Aún así, confesó que es "una tarea difícil y complicada" pero garantizó que los ciudadanos pueden confiar "en que aquí hay un gobierno con la determinación y los apoyos necesarios para llevar a cabo, viernes tras viernes, las distintas reformas que pongan a punto nuestro país".

Sáenz de Santamaría apuntó que "en el pasado se ha perdido mucho tiempo y dinero" y que ahora "es el momento de modernizar, de simplificar, de permitir que una gestión austera se dedique a lo importante, poner en marcha reformas que permitan el crecimiento, que permitan la inversión, que permitan que las pequeñas y medianas empresas vuelvan a respirar con futuro".

Cambio de rumbo

Por su parte, De Guindos argumentó que "estas medidas pretenden hacer más eficiente el sector público y dinamizar el privado, abriendo posibilidades de inversión que actualmente estaban cerradas".

Así, expresó la convicción del Ejecutivo de que las políticas de austeridad para reducir el déficit público no son incompatibles con el crecimiento económico.

"Dirigir o reconducir una economía como la española es como llevar un barco. Hacen falta esfuerzos para ver que el rumbo se vaya modificando en los próximos trimestres", indicó, al tiempo que afirmó que el rumbo "era inadecuado" y a través de los ajustes y las reformas que se están tomando se está cambiando.

Mientras, el ministro alemán de Finanzas afirmó que España ha impulsado una serie de medidas "impresionantes" y expresó su confianza en que el conjunto de países europeos adopten el paquete de medidas para la consolidación fiscal. Schäuble apuntó que De Guindos ya tuvo una "acogida excepcional" en una reciente intervención ante el Fondo Monetario Internacional (FMI), donde planteó su paquete de ajustes.