Frente a las críticas de despilfarro y la imagen de derroche durante el "boom" de la construcción, hay ayuntamientos que han conseguido el tan ansiado superávit en 2011 y no deben ni un euro a los bancos, algo de lo que no pueden presumir ni las comunidades autónomas ni la Administración central.

En la carrera que vive España para equilibrar las cuentas públicas y reducir el déficit este año hasta el 5,3 % del PIB, sólo a nivel local se han encontrado fórmulas para que los ingresos superen a los gastos.

¿La receta del equilibrio? Rigor, previsión y austeridad, señalan algunos de los responsables de estos consistorios que han escrito en verde el balance del pasado año.

Logroño, Calviá (Baleares), Langreo (Asturias), Miajadas (Cáceres), Torrelodones (Madrid), Valdepeñas (Ciudad Real) o Esplugues de Llobregat (Barcelona), entre otros, han demostrado que en la España de los ajustes sí existe el superávit.

No obstante, las entidades locales no consiguieron el año pasado en su conjunto alcanzar el objetivo por poco, al situar la balanza negativa en 4.069 millones de euros, un 0,38 % del PIB frente al 0,3 % fijado como meta.

La deuda de Grecia cerró en 2011 en el 123 % de su PIB, la de Italia en el 120,1 %, la de Alemania en el 81,2 % y la de España en el 68,5 %. Sin tener un macroministerio de Economía y Hacienda, Miajadas puede afirmar en cambio que no adeuda ni un céntimo a los bancos.

El alcalde de esta localidad cacereña, Juan Luis Isidro Girón (PP), logró cerrar 2011 con un superávit de 870.000 euros, y decidió destinar una parte a saldar lo poco que le debía a las entidades financieras.

Pero esta localidad extremeña no está sola. También tiene este orgullo el consistorio de Bilbao, con Iñaki Azkuna (PNV) a la cabeza, que en marzo del pasado año abonó su última factura y puso a cero el casillero del "debe".

"Soy una abanderada de que no se gaste más de lo que se ingresa", confiesa la regidora de Esplugues de Llobregat, Pilar Díaz (PSC-PSOE), cuyo municipio no ha tenido que acogerse al plan de pago a proveedores puesto en marcha por el Gobierno, y que consiguió un saldo positivo de 1,4 millones de euros.

Cuando se le pregunta cómo se consigue llegar a esta situación, afirma que su filosofía es aplicar "calidad y rigor", y recortar en partidas como la de festejos.

"Recortando de aquí y de allá", sostiene también el alcalde de Miajadas, quien se marcó como línea roja no tocar los servicios sociales.

Además, en su municipio se ha apostado por involucrar a los vecinos. Un ejemplo: se estrenó una ópera infantil financiada al cincuenta por ciento por las asociaciones de padres. "Las administraciones -dice el alcalde- tienen que dar un paso atrás y la sociedad debe coger el timón".

Reducir un 5 % los salarios de la corporación y el número de directores generales, además de eliminar dietas y subvenciones a grupos políticos, son algunas de las medidas adoptadas en Alcorcón (Madrid) para tener un resultado positivo de 7,3 millones.

Su director general de Hacienda, Javier Rodríguez Luengo, destaca que han conseguido mejorar el resultado respecto al año anterior en 17,2 millones de euros, al haber registrado el anterior equipo de gobierno un déficit de 9,9.

En Boadilla del Monte, también en Madrid, han pasado de 1,6 millones de déficit en 2010 a 3,3 millones de euros de superávit en 2011, gracias a la "austeridad", como relata su regidor, Antonio González (PP).

Su equipo de gobierno ha aprobado, entre otras medidas, reducir cargos de confianza, eliminar dietas, licitar en base al criterio del precio y realizar auditorías para determinar lo que se gasta.

Aunque sea para arreglar un pequeño desperfecto en una acera se piden hasta tres presupuestos, indica González, quien hace suyo el lema "hacer más con menos".

La alcaldesa de Langreo, Esther Díaz (PSOE), lo tiene claro: "Con la crisis, el ingenio se agudiza". Con esta máxima su ayuntamiento finalizó 2011 con un saldo positivo de un millón de euros y ha tenido superávit desde 2005.

La Fiestas de Primavera en esta localidad asturiana se han agrupado en una única celebración y la exposición cultural asturiana ha pasado de tres días a uno y medio. "Guardando para cuando no haya", añade.

A pesar de estas cuentas, la mayoría de alcaldes de los municipios consultados citan como una obsesión disminuir el desempleo y a ello dedicarán parte de sus ingresos.

En Miajadas, capital europea del tomate concentrado, parte de este beneficio irá al plan de empleo local, que busca ayudar a sus cerca de 1.200 parados.

En Langreo van a destinar hasta 835.000 euros de su saldo positivo también a fomentar el empleo, aunque derivarán otra parte a mantener servicios sociales y reforzar algunos programas de ayudas.

El superávit en Boadilla irá en dos direcciones: nuevas inversiones (rehabilitación de edificios históricos y construcción de nuevas aulas) y amortización de la deuda.

Esplugues no destinará a deuda parte del superávit e invertirá este remanente positivo en arreglar desperfectos urbanos y en mejorar los servicios de limpieza.

Sí lo empleará para seguir pagando lo que adeuda a los bancos el ayuntamiento de Alcorcón, cuyo responsable de Hacienda recuerda que el anterior equipo de gobierno dejó un "enorme agujero" de 612 millones de euros.

La Ley de Estabilidad Presupuestaria, publicada el lunes en el BOE, establece el déficit cero para todas las administraciones a partir de 2020. Pero muchos ayuntamientos ya han hecho los deberes. Algunos hasta con nota.