La presidenta de Castilla-La Mancha y secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, opinó ayer que, para salir de la crisis, lo primero que hay que hacer "es cambiar la cultura del maná por la cultura del trabajo y del esfuerzo".

Cospedal hizo este planteamiento en su discurso de clausura del 12 Congreso del PP de Castilla-La Mancha en el que ha sido reelegida presidenta regional del partido con un 98,8 por ciento de los votos.

Una intervención en la que manifestó que es necesario "devolver la cordura a las administraciones", pues, si el "despilfarro y el gasto sin mesura" fueron el "santo y seña" del PSOE, la "cordura y el interés general" son el del PP.

Cospedal recalcó que una política que combine la austeridad con el crecimiento es "la mejor herencia" que se puede dejar, por lo que animó a los más de 900 compromisarios asistentes a salir a la calle "con orgullo" a decir que "aquí está el PP para servir a Castilla-La Mancha y a España".

La dirigente del PP expuso que Castilla-La Mancha ha pasado tres décadas viendo como "se desperdiciaban oportunidades", que los frutos del trabajo de los ciudadanos "se repartían" en vez de invertirse.

En cambio, ella apuesta por "invertir y crear riqueza" y no cree en una sociedad "dirigida", sino en una formada por individuos libres y con capacidad de discernimiento, basada no en el igualitarismo, sino en la auténtica igualdad, que es dar a cada uno lo que necesita. En su discurso, Cospedal criticó criticado, sin citar al PSOE, a quienes "dicen que quieren consenso y no buscan la concordia", a quienes se les llena la boca de "grandes palabras" y si embargo actúan con "vileza y de forma miserable", con lo que "no es fácil llegar a acuerdos".