Roberto Manrique, que sobrevivió al atentado de ETA de Hipercor en 1987, reconoció ayer que le ha servido de "mucho" el encuentro con el autor material de la masacre, Rafael Caride Simón, que si bien no le pidió perdón, sí le expresó su sentimiento de culpa por el daño que había causado.

La entrevista, impulsada por el Ministerio del Interior, se celebró en la cárcel alavesa de Zaballa durante casi dos horas y también estuvo presente el director de la prisión, Juan Antonio Pérez, en calidad de oyente.

Caride, condenado a 790 años de cárcel por ser el autor material del atentado de Hipercor, fue trasladado a la antigua cárcel de Nanclares, próxima a la nueva prisión de Zaballa, en 2010, junto con otros internos de ETA críticos con la banda terrorista y desvinculados del colectivo de presos.

También fue uno de los ocho presos etarras que hace dos años firmaron una carta en la que destacaban la necesidad de reconocer y reparar los daños causados a las víctimas del terrorismo.

Roberto Manrique, que presidió durante años la Asociación Catalana de Víctimas de Organizaciones Terroristas, sufrió quemaduras y lesiones en el hígado en el atentado de Hipercor.

Sin contacto físico

Durante la entrevista, en ningún momento se estableció contacto físico entre ambos porque Manrique explicó al etarra que las víctimas no entenderían que le diera la mano a una persona que ha causado tantos muertos y él "lo ha entendido".

Al término del encuentro, Manrique trasladó a los periodistas su impresión positiva de una reunión "cordial" que valoró con "un diez", pese a que Caride no le pidió perdón por el significado religioso que a su juicio tiene esta palabra. Sí que manifestó en varias ocasiones su sentimiento de culpa por el daño provocado por las acciones terroristas en las que participó.

Manrique explicó que no se encontrado incómodo en ningún momento, que las respuestas de Caride fueron "coherentes" y que no hubo ningún tipo de enfrentamiento personal pero "de acercamiento tampoco".

También señaló que le había "chocado mucho" que Caride reconociera que comenzó a darse cuenta del error de la actividad terrorista tres años después de su detención (1993).