El Gobierno aseguró ayer que decidió la repatriación de los cooperantes españoles en los campamentos de refugiados saharauis de Tinduf debido a que tenía información de un secuestro inminente, una amenaza que no va a impedir el viaje que la próxima semana piensan hacer a la zona una veintena de cooperantes.

Fue el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, quien, en rueda de prensa, justificó la decisión de repatriar a los cooperantes: "Puedo garantizar que sabíamos que se iba a producir este secuestro. Los indicios que tenemos son ciertos e inminentes".

Una aclaración que llegó después de las dudas suscitadas por parte del Frente Polisario y de asociaciones solidarias con el Sahara que interpretaron la repatriación como una operación de imagen del Gobierno.

El titular de Exteriores señaló que los datos recabados de los servicios de inteligencia españoles y de otros países apuntaban a un secuestro por parte de grupos terroristas procedentes del norte de Mali, y confió en que la retirada sea temporal.

Esa es la intención de las asociaciones prosaharauis, que ya preparan un viaje de veinte cooperantes a Tinduf el día 7 de agosto, según anunció el coordinador de CEAS Sáhara, José Taboada. Un viaje en el que se entregará ayuda humanitaria y que no estaba previsto en principio, pero que Taboada explicó es respuesta a la "acción grave" del Gobierno y al "miedo que se está intentando crear en la sociedad española" para no visitar los campamentos.

Desconcertante

También el presidente de "Mundo Bat", Iñaki Markiegi, avanzó que cooperantes de esta organización no gubernamental regresarán el 10 de agosto a Tinduf, al tiempo que ha calificado de "desconcertante" la justificación del Gobierno.

Ante estos anuncios, Margallo, tras recordar que ha habido desde 2007 catorce españoles secuestrados en África, señaló: "Pueden volver si quieren, pero tienen que saber que cualquier cosa que les pase les afectará a ellos y a todos los españoles".

Pero subrayó que el Gobierno sigue manteniendo el mismo compromiso con el pueblo saharaui y ha recordado que España sigue siendo el primer donante de ayuda a la zona.

En ella permanece en la actualidad un único español, José Oropesa, que decidió seguir en los campamentos pese a la advertencia del Gobierno y que explicó que tuvo que firmar un documento eximiendo al Ejecutivo de toda responsabilidad sobre su persona o sus bienes.

En su blog precisó que no está en los campamentos de cooperante, sino como periodista.