Un hombre de 35 años ha sido detenido en Elche por, supuestamente, estafar 60.000 euros a un empresario ilicitano a través del método conocido como "wash-wash" o el timo de los billetes tintados, aunque el dinero pudo ser intervenido más tarde en el aeropuerto de El Prat (Barcelona).

El arrestado, de origen camerunés y con antecedentes por hechos similares, también intentó estafar unos 200.000 euros por el mismo procedimiento a otra persona, quien, al sospechar de que se trataba de un timo, lo denunció ante la Policía Nacional de Elche, que lo detuvo la semana pasada.

Fuentes policiales han indicado hoy que los 60.000 euros de la primera estafa fueron intervenidos en el aeropuerto de El Prat cuando el presunto timador pretendía volar a París, aunque éste no fue capturado en dicha terminal aeroportuaria, sino posteriormente en Elche tras ser denunciado por su segunda víctima.

En el momento de su detención, los agentes le aprehendieron una mochila que contenía varias cartulinas blancas que simulaban ser billetes de curso legal de quinientos euros, un bote con polvos de talco, cuatro botes con líquido en su interior, una jeringuilla, una aguja, restos de papel de aluminio y diversa documentación.

El arrestado, cuyas víctimas eran casi siempre empresarios con gran solvencia económica, ha sido puesto a disposición judicial, aunque continúan las investigaciones para averiguar si habría participado en otras posibles estafas de las mismas características.

Este tipo de timo, conocido en el argot policial como "wash-wash" o lavado de dinero, consiste en que uno o varios individuos, generalmente de países del centro de África, contactan con la víctima haciéndose pasar por gente importante que han tenido que huir por cuestiones políticas.

Le relatan que antes de salir de su país han logrado evadir importantes cantidades de dinero disimuladas como simples cartulinas de color negro, tras la aplicación de unos productos químicos.

Le convencen de que para poder convertir de nuevo esas cartulinas en papel moneda de curso legal, las deben someter a un complejo proceso con productos químicos, debiendo emplear también billetes de curso legal, que piden prestado a la víctima con la promesa de devolvérselo por duplicado.

Después de una prueba con billetes originales, el estafado entrega una cantidad importante de dinero a la que los delincuentes dan el cambiazo para entregar simples cartulinas.