El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha reconocido hoy que muchos de los ajustes que ha adoptado "no son amables", "suponen un esfuerzo" y "pueden ser discutibles", pero "lo que no es discutible ni opinable -ha advertido- es la necesidad imperiosa de recortar gasto y aumentar ingresos".

Rajoy, en un balance de sus primeros siete meses de legislatura, ha considerado la deuda externa de 900.000 millones de euros como el principal problema para la economía del país y su "gran losa".

"Hemos vivido demasiado del crédito", ha afirmado Rajoy, que ha abogado por sacar esa "lección" de la experiencia vivida por el país, que ahora afronta grandes dificultades para refinanciarse o para pedir más dinero prestado, ha recordado.

Además, el presidente ha mostrado su comprensión por el "esfuerzo" no tanto de su Gobierno, sino de los españoles y las empresas, para que España pueda estabilizar sus cuentas y "demostrar al mundo y a sus socios" que sigue siendo un país "serio y cumplidor".

Para salir de esta situación, el Gobierno puede corregir el déficit y realizar las reformas necesarias para recuperar la competitividad, mientras que las otras tres líneas de actuación -ha añadido- descansan en la Unión Europea: impulsar las reformas en el conjunto de la UE, resolver los problemas de liquidez y financiación de la economía española y trabajar por el futuro de la zona euro.