El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, negaron ayer que España negocie su rescate con los países de la eurozona, porque, subrayó el jefe del Ejecutivo, su Gabinete "no ha hecho ninguna petición en ese sentido".

Tras un almuerzo de trabajo celebrado en el Palacio de la Moncloa, Van Rompuy señaló que, si al Gobierno español le parece útil el ofrecimiento del Banco Central Europeo (BCE), las instituciones europeas "podrían tomar las acciones adecuadas" y ha reconocido que la UE es corresponsable del origen de la crisis en España y, por tanto, debe contribuir a solucionarla.

En este sentido, argumentó que la crisis española fue causada por "un "boom" inmobiliario insostenible", pero también por "algunas deficiencias de la arquitectura de la eurozona", por lo que las instituciones europeas comparten con España la responsabilidad de buscar una solución.

Valorando las medidas

Por su parte, Van Rompuy expresó su respeto por el estado autonómico español, valoró las medidas del Gobierno para solucionar sus problemas y recordó que las metas que propone Europa son para los Estados y el modo en que se organicen internamente para alcanzarlas es responsabilidad de cada uno de ellos.

Sobre el posible recurso a un rescate, el presidente del Consejo Europeo ha señalado que "si se usa" el plan de actuación del BCE para una eventual ayuda financiera a España, "será muy eficaz", pero el Banco Central actúa de modo independiente y el Gobierno español es "lo suficientemente fuerte" como para hacer su propia valoración y to-mar las decisiones que considere pertinentes.

Tras alabar el "muy valiente y ambicioso" programa de reformas emprendido por Rajoy, destacó la necesidad de aplicar estos ajustes "de manera plena" y valoró la contribución de España para el desarrollo de la unión bancaria y fiscal europea, la competitividad en la eurozona y una unión política que favorezca mecanismos más rápidos de rendición de cuentas.