El Ministerio de Fomento ha pedido al comisario europeo de Transportes, Siim Kallas, y a los responsables de la dirección general de Aviación Civil irlandesa que se tomen decisiones para reforzar la seguridad aérea tras los sucesos ocurridos en las últimas semanas con relación a Ryanair.

Según confirmaron a EFE fuentes de Fomento, esta petición se ha efectuado por carta y a través de la secretaría general de Transporte, e incluye la solicitud de una reunión "inmediata" para decidir las medidas que se van a aplicar. Estas mismas fuentes indican que la misiva dirigida al estonio Kallas recoge las propuestas de la ministra de Fomento, Ana Pastor, para modificar el reglamento comunitario con el objetivo de que las autoridades de supervisión nacionales puedan ampliar sus competencias sobre las compañías aéreas extranjeras de fuerte implantación en su territorio.

Esta apuesta, que figura también en la carta a las autoridades irlandesas, se basa en el hecho de que "la situación ha cambiado" en los últimos años, de manera que ahora hay aerolíneas de otras nacionalidades que tienen mucho tráfico en España. Por este motivo, subraya Fomento, la organización de la seguridad también tiene que cambiar.

Además, el escrito dirigido a la aviación civil de Irlanda explica los hechos ocurridos en las últimas semanas con relación a Ryanair, entre los que se incluye un aterrizaje de emergencia el pasado sábado en el aeropuerto barcelonés de El Prat y otro por problemas técnicos en la tarde de ayer en Barajas (Madrid).

Por ello, pide que se tomen todas las medidas necesarias para reforzar e incrementar la supervisión de la seguridad aérea, entre las que podrían incluirse las propuestas de Pastor. Fuentes de Fomento apuntaron también ayer que la secretaria general de Transportes, Carmen Librero, va a viajar en breve a Irlanda para reunirse con su homólogo con el objetivo de estudiar nuevas vías para reforzar la seguridad aérea. Estas mismas cuestiones serán expuestas por la directora de la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA), Isabel Maestre, en la próxima reunión de la Agencia Europea de Seguridad Aérea (EASA).

El avión que ayer tuvo que hacer una escala forzosa en Barajas durante tres horas tenía como destino el aeropuerto Sur de Tenerife y procedía de París. Entre sus 170 pasajeros, se hallaba Daniela Silva, quien vive en la Isla y que pasó cinco días en la capital francesa junto a su pareja. A su llegada al aeropuerto Reina Sofía, explicó a EL DÍA las sensaciones vividas en esas tres largas horas, en las que, según su principal queja, no se repartió entre el pasaje ni siquiera botellas de agua.

Pese a la situación, esta testigo asegura que no hubo momentos especialmente tensos o crisis nerviosas entre los pasajeros, si bien algunos, con ella incluida, solicitaron bajarse y cambiar de avión para llegar a Tenerife. Sin em-bargo, la compañía no permitió que nadie descendiera de la aeronave y justificó todo por problemas técnicos que no aclaró.