El ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, aseveró ayer que la línea de crédito de hasta 100.000 millones de euros que destinará la Unión Europea (UE) a sanear el sistema financiero español se utilizará "estrictamente para la recapitalización de los bancos".

Después de la reunión entre los ministros del área económica y social y los presidentes provinciales del PP, celebrada ayer en Madrid, De Guindos añadió que la cantidad que se destinará a sanear la banca española será "sustancialmente menor a los 100.000 millones de euros", y rondará los 60.000 millones, en línea con el que avanzó la consultora Oliver Wyman.

Descartado el uso de ese remanente, aún quedaría la opción de la compra de bonos soberanos de España en los mercados secundarios por parte del Banco Central Europeo, tal y como propuso recientemente el presidente de este organismo, Mario Draghi.

"Ni el rescate está más cerca ni más lejos hoy de lo que estaba ayer", recalcó el titular de Economía, quien recordó que se trata de un instrumento puesto a disposición por el BCE a cambio de una serie de condiciones.

"España hará lo que tenga que hacer sin precipitarse, con el conocimiento de todos los elementos involucrados en este tipo de operaciones", apostilló.

El portavoz comunitario de Asuntos Económicos y Monetarios, Simon O''Connor, negó el viernes que las conversaciones que mantiene con el Gobierno español sean un paso previo a un eventual programa de asistencia financiera, sino que versan sobre el Plan Nacional de Reformas.

Al respecto, De Guindos enfatizó que la negociación de una línea de crédito no tiene que ver con el Plan Nacional de Reformas que aprobará el Gobierno en los próximos días. Por otra parte, señaló que en el tercer trimestre, en contra de lo proyectado por los analistas, el Gobierno no ha visto "un deterioro importante" de la economía respecto al segundo.

Mientras, el titular de Hacienda, Cristóbal Montoro, dijo que la sensación de que España es un "socio creíble" se ha instalado entre las autoridades europeas e insistió en que para no perderla es necesario cumplir con los objetivos de déficit fijados por la UE.