Una joven madre de Requena (Valencia) que utilizó una tarjeta de crédito que encontró en la calle para comprar alimentos y pañales para sus hijas deberá ingresar en prisión en quince días, si antes no se resuelve la solicitud de indulto o de suspensión o sustitución de pena que ha realizado.

Emilia Soria, de 28 años, fue condenada a un año y nueve meses de prisión por un delito de falsedad en documento mercantil, y a otros seis meses de prisión por estafa por unos hechos que ocurrieron hace cinco años y medio, según explicó a EFE ella misma y su abogado, Jorge Albertini.

La segunda de las penas fue conmutada por trabajos a la comunidad y al pago de una multa de 900 euros, que todavía está cumpliendo, pero no sucedió lo mismo en el primer caso, a juicio del letrado, por "un error técnico", ya que la sustitución de la pena se pidió "fuera de plazo".

Soria, quien ha pedido el indulto y ha recurrido, sin éxito, las distintas resoluciones judiciales para evitar entrar en la cárcel, recibió ayer una notificación del juzgado para que eligiera el centro penitenciario en el que desea cumplir la condena y el día en el que desea ingresar dentro de los próximos quince, según adelanta hoy el diario Las Provincias.

Albertini, que se ha hecho cargo del caso personalmente y de forma gratuita, ha solicitado la suspensión o sustitución de la pena, conjuntamente con una nueva solicitud de indulto, de forma que se opta por "todas las vías para que esta joven no ingrese en prisión".

Aunque la sentencia es "técnicamente correcta", Soria cumple, según este abogado penalista, todos los requisitos para que se decrete la suspensión de la pena, al no superar ésta los dos años de prisión, no tener la condenada antecedentes y no existir "habitualidad" en el delito.

"El bien jurídico que tratan de proteger -estos delitos- es la propiedad privada y contrarrestar el ánimo de lucro", ha indicado Albertini, quien cree que éste no es el caso de Emilia porque, según defiende, no trató de lucrarse, sino que usó la tarjeta para comprar comida, por lo que la sentencia, a su juicio, aunque correcta, "no se ajusta a un tema de realidad".

Según ha explicado a EFE la propia Emilia, hace cinco años y medio encontró en la calle una cartera sin dinero pero con una tarjeta de crédito, con la que gastó 193 euros en alimentos y pañales para las dos hijas que tenía.

Señala que aceptó la conformidad de cumplir algo más de dos años de prisión y pagar una multa por ambos delitos porque le aseguraron que no tendría que ir a prisión, por lo que ahora sólo pide que se "apiaden" de ella y de sus hijas.

"Lo hice por necesidad y no he vuelto a cometer ningún delito", ha asegurado esta madre, cuyo abogado tiene "fe" en que en menos de una semana se resuelva el asunto de forma favorable para la joven.

"Decidimos hacernos cargo del caso porque nos parecía injusto que una joven, por no tener recursos, tuviera que entrar en prisión", ha asegurado el letrado, cuyo despacho tiene una larga trayectoria en la obtención de indultos y sustituciones de pena, según él mismo ha afirmado.