El expresidente de la Junta de Extremadura Juan Carlos Rodríguez Ibarra ha defendido hoy la honradez de Mariano Rajoy y ha considerado que Luis Bárcenas lo ha "chantajeado", y al igual que hace Iñaki Urdangarín con la Casa Real.

Rodríguez Ibarra se ha expresado así en el espectáculo teatral "El loco soy yo", de Jesús Quintero, que por segundo día consecutivo se ha representado en el Gran Teatro de Cáceres, aunque el protagonista ayer fue el presidente del Gobierno extremeño, José Antonio Monago.

En una charla distendida y por momentos divertida, el exdirigente socialista ha abordado cuestiones de actualidad, ha hablado sobre su su salud, ha contado anécdotas e, incluso, ha preguntado a Quintero por el origen de apodo del "loco".

En referencia a la Casa Real, ha señalado que Don Juan Carlos ha cometido algunos errores, aunque no es culpable de tener un yerno, en referencia a Urdangarín.

Ha defendido el papel del rey en el impulso de la democracia y durante el intento de golpe de Estado del 23-F, y ha apoyado su continuidad.

Sobre la situación de su partido y la falta de liderazgo, ha bromeado que llevan "sin levantar la cabeza desde que se fue Felipe -González-, los que vinieron después se han ido mal y Rubalcaba también puede irse mal".

Por ello, ha abogado por buscar un procedimiento para que alguien salga bien.

Sobre su situación en el PSOE, ha indicado que se siente invisible, "aunque lo bueno es que ya no tienes que sonreír a quien te cae mal".

Al igual que hiciera con Monago, Quintero ha preguntado a Rodríguez Ibarra a quién sentaría en una mesa para negociar sobre el futuro del país, y el expresidente ha respondido que a Rajoy, Rubalcaba, CiU, PNV e IU, porque tienen la necesidad de entenderse.

En la entrevista, ha criticado la postura de CiU en contra de la Constitución, no con tiros, pero si impulsando un referéndum soberanista.

Quintero le ha preguntado si le asusta que pueda haber una revolución y Rodríguez Ibarra ha señalado que le preocupa que no la haya, porque la gente tiene la obligación de defender en lo que cree y, si los representantes políticos fallan, deben moverse para conseguirlo.

Sobre el papa ha ironizado que "ni Dios sabe lo que va a pasar", y ha añadido que Benedicto XVI se ha equivocado, porque si hubiera estado hasta su muerte, todo el mundo hubiera hablado bien de él.