La agencia de calificación crediticia Moody''s considera que los nuevos criterios aprobados por el Banco de España en materia de refinanciación y reestructuración de créditos añade presión a otros supervisores europeos para que adopten medidas similares para mejorar la información sobre los activos de los bancos.

"Esta iniciativa añade presión sobre otros supervisores de la Unión Europea (UE) para que sigan su ejemplo y actúen de tal manera que los bancos divulguen información con el mismo nivel de detalle", recoge Moody''s en una nota sobre la decisión de la Autoridad Bancaria Europea (EBA por sus siglas en inglés) de mejorar la revisión de la calidad de los activos.

La agencia de calificación crediticia señala que estas nuevas directrices aprobadas por el Banco de España se traducirán en una "mayor transparencia" sobre el grado de aplazamiento de los créditos, lo que exigirá a la banca española aumentar sus provisiones.

Moody''s recuerda que la EBA ya había expresado "claramente" su preocupación sobre el reconocimiento y la forma de contabilizar los activos problemáticos en los balances de los bancos europeos y sobre la tolerancia de los reguladores de los distintos países. En concreto, apunta a la "falta de definiciones consistentes" de conceptos básicos como ''impago'' o ''default'' en el conjunto de la región, lo que impide comparar adecuadamente la calidad de los activos de los bancos.

Por este motivo, el organismo ha decidido posponer hasta 2014 los próximos tests de estrés a la banca europea para llevar a cabo una revisión de la calidad de los activos con el objetivo de mejorar la credibilidad de los resultados mediante la imposición de un proceso más riguroso para estimar las pérdidas. En su opinión, esta decisión es positiva para los ratings porque añade presión a las entidades para sanear sus balances.

La agencia destaca que tanto la EBA como el Banco Central Europeo (BCE) están interesados en garantizar la credibilidad de los próximos tests de estrés tras los "pobres" resultados de los anteriores. "A falta de una clasificación coherente y más comparable de los riesgos, la EBA está legítimamente preocupada por que las próximas pruebas de estrés no logren convencer al mercado sobre la resistencia de los bancos o proporcionar una base fiable para cualquier acción política", añade.

En este sentido, subraya que unos datos más fiables beneficiarán claramente la credibilidad de las pruebas, por lo que posponer los tests no dañará la confianza. Sin embargo, advierte de que inculcar la confianza deseada en los resultados también requiere un acuerdo a nivel paneuropeo sobre un plan de trabajo previo a la recapitalization, algo que de momento no está previsto y puede poner en peligro los objetivos de la EBA.