Las ventas en el mercado de deuda, desencadenadas por varios factores, han condicionado estos días la evolución de la bolsa española, que ha registrado el quinto peor resultado semanal del año con una caída del 2,37 por ciento, según datos del mercado y expertos consultados.

Las plazas europeas también registraron pérdidas: Milán, el 3,23 por ciento; el índice Euro Stoxx 50, el 2,08 por ciento; París, el 1,74 por ciento; Londres, el 1,62 por ciento, y Fráncfort, el 1,54 por ciento. Por su parte, el índice S&P 500 bajó el 1,01 por ciento y el Nikkei, el 1,48 por ciento.

Las tribulaciones en el mercado de deuda empezaban a cobrar fuerza con la retirada de Gazprom de la privatización de dos empresas de gas griegas, lo que desencadenaba el lunes la primera bajada (0,47 %) de este período, en el que solo una sesión concluyó con ganancias y otra casi en tablas.

Ese día el mercado nacional había disfrutado de ganancias durante la mayor parte de la sesión por la revisión al alza del PIB japonés del primer trimestre (Tokio subió cerca del 5 %) y porque había olvidado los datos de producción industrial chinos. La mejora de la perspectiva de la deuda estadounidense contuvo la caída.

La situación empeoró el martes, cuando la bolsa bajó el 1,68 por ciento y se retiró hasta niveles desconocidos desde hacía ocho semanas al perder los 8.100 puntos al empezar las deliberaciones del Tribunal Constitucional alemán sobre los planes de compra decididos por el Banco Central Europeo (BCE) el pasado mes de agosto.

Además, se empezaban a realizar operaciones vinculadas a activos denominados en yenes que afectarían con mayor contundencia el jueves porque el Banco de Japón mantenía los tipos de interés casi en 0 y no anunciaba nuevas medidas de estímulo monetario.

La bolsa llegaba a perder el nivel de 8.000 puntos durante la sesión, volvía a registrar pérdidas en el cómputo anual, casi el 1 por ciento, y el rendimiento de la deuda crecía al 4,75 % con la prima de riesgo en 310 puntos.

El miércoles hubo la única sesión con ganancias (0,43 %) gracias a los resultados de Inditex y a las compras de deuda. Las bolsas europeas bajaban por el descenso del sector del automóvil después de que Volkswagen dijera que iba a revisar miles de vehículos en Australia por fallos mecánicos.

Con la caída del jueves, el 0,64 por ciento, la bolsa se acercaba más al nivel de 8.000 puntos. La deuda (la prima ascendió hasta 315 puntos básicos), la revalorización del yen y del euro (se acercó a 1,34 dólares) pudieron con la mejoría del empleo y de las ventas minoristas en los Estados Unidos.

El viernes la bolsa intentó recuperar parte de lo perdido durante la semana pero la caída de Wall Street y el recorte de las previsiones de crecimiento estadounidenses por el FMI, que pedía la mengua progresiva del programa de compra de deuda, certificaban una nueva y mínima caída, el 0,01 por ciento.

En cuanto a la evolución semanal de las empresas del IBEX 35, bajaron veinticinco y subieron trece.

El principal descenso correspondió al Banco Popular, el 8,31 por ciento, seguida por Abengoa B, que cedió el 6,73 por ciento tras conocerse que en julio será sustituida en el IBEX por Ebro Foods, en tanto que OHL cedió el 6,72 por ciento, y FCC, el 5,61 por ciento.

Sacyr encabezó las subidas con un alza del 5,4 por ciento, en tanto que Viscofán se revalorizó el 3,79 por ciento; Jazztel, el 3,56 por ciento, y Amadeus, el 2,91 por ciento.

De los grandes valores solo subió Repsol, el 0,06 por ciento (el petróleo Brent subía a 106 dólares el viernes), en tanto que BBVA cedió el 4,43 por ciento; Telefónica, el 3,88 por ciento; Banco Santander, el 3,26 por ciento; Inditex, el 2,4 por ciento, e Iberdrola, el 1,54 por ciento.