Los españoles María Concepción Marlaska y Ángel Sánchez llegarán mañana a Madrid después de una experiencia "muy traumática" de casi un mes secuestrados por delincuentes comunes en Colombia en la que el miedo a morir fue una constante, según dijeron hoy en Bogotá.

"Siempre vives con el miedo, con la incertidumbre de que puede ser el último día, aunque (los secuestradores) te digan ''no les va a pasar nada''", declaró Sánchez a periodistas en una rueda de prensa en la residencia del embajador de España en Bogotá en la que, junto con Marlaska, relató el drama vivido.

Sánchez, de 49 años, reconoció que siempre vivió "con ese terror" de que podían morir tanto él como su compañera, pese a que ambos se daban ánimos constantes para soportar el cautiverio.

Marlaska, de 43, también relató que durante los 29 días que permanecieron secuestrados en una zona rural del departamento colombiano de La Guajira (norte), tuvieron "miedo constante" y mucha "tensión".

La pareja, oriunda de Avilés (Asturias), fue secuestrada por delincuentes comunes el pasado 17 de mayo cuando hacían turismo en La Guajira y una operación de la Policía colombiana en coordinación con la Policía Nacional española los rescató en la madrugada del sábado.

Según relataron, su "sueño era viajar a Colombia", país que calificaron de "fabuloso", pero tuvieron, según palabras de Sánchez, "la mala fortuna, la mala suerte, una desgracia", de ser secuestrados por un grupo de hombres armados cuando estaban en cercanías del Cabo de la Vela, en el extremo norte del país.

"Aparcamos para ir a bañarnos al (lugar llamado) Ojo de Agua, cuando apareció un individuo joven, moreno, con una gorra y nos dijo: ''oye, nos lleváis al pueblo''", dijo Sánchez, quien acudió a la rueda de prensa vistiendo la camiseta roja de la selección española.

Agregó que inicialmente le pareció algo normal dada la manera de ser de los colombianos, pero luego la situación empezó a parecerle "extraña", porque, continuó, el hombre "se acerco demasiado al coche y enseguida sacó una pistola" y les apuntó con ella.

"Luego aparecieron otras dos personas, también con revólveres, y dijeron que nos metiéramos al coche, que era un atraco, que querían llevarse nuestro coche", prosiguió en su relato sobre cómo se produjo el secuestro.

Según Sánchez, en ese momento él forcejeó con los delincuentes, pero le golpearon en la cabeza con un revólver y lo hicieron sangrar.

"Nos llevaron mucho tiempo en coche, nos amarraron las manos", agregó, y dijo que el primer día, especialmente, "fue muy traumático, muy traumático, muy traumático".

Los captores, algunos de ellos de la etnia wayúu, que habita en la zona, los cambiaron varias veces de lugar de cautiverio, lo que junto a la incomunicación total con el exterior hizo que fueran perdiendo la noción de espacio y de tiempo, pero nunca el instinto de supervivencia.

"Una de las cosas que nos decían, cuando llevábamos casi tres semanas (secuestrados) es que tres semanas era poquísimo, que ha habido secuestros de cinco, seis años, entonces, cuando te dicen eso, hay que aguantar como sea, hay que sobrevivir como sea", explicó Marlaska.

Los dos tienen previsto tomar hoy un vuelo a las 17.00 hora local (22.00 GMT) con destino a Madrid, donde quieren reencontrarse con los suyos y rehacer sus vidas.

"Tengo muchas ganas de ver a mis compañeros, de trabajar, y sobre todo, de ver a mi familia, de poder hacer lo mismo (que antes) e intentar superarlo (el trauma) poco a poco", dijo Marlaska.

Sánchez aseguró que pretende "valorar más las pequeñas cosas", cosas tan simples como "abrir un grifo de agua y te sale agua, (la libertad) de poder tener un baño, de poder comer lo que deseas, de estar libre y no encadenado como un perro, como un animal, que eso no se lo merece nadie".

El final feliz que ha tenido este secuestro se completará con una boda, pues al finalizar la rueda de prensa Sánchez pidió en matrimonio a Marlaska, con quien tiene una relación desde hace siete años.

"Voy a hacer algo que creí que no iba a hacer nunca, y menos en estas circunstancias, que es pedirle matrimonio. Espero que no me diga que no", dijo Sánchez, y a las preguntas: "¿Quieres ser mi mujer? ¿Quieres casarte conmigo?", ella respondió con rotundidad: "Sí".

La pareja, que no descartó volver a Colombia para continuar "el viaje de los sueños" que fue truncado por el secuestro, expresó su agradecimiento a las policías colombiana y española por la liberación.

"Han hecho un gran trabajo para que estemos aquí, bien", dijo Sánchez, y Marlaska completó: "Viendo el resultado, el trabajo ha sido increíble".