Una misión del Fondo Monetario Internacional (FMI) inicia hoy su cuarta visita a España con el objetivo de llevar a cabo una nueva evaluación del programa de rescate a la banca, inspección a la que se sumarán una semana después, la Comisión Europea (CE) y el Banco Central Europeo (BCE).

Los "hombres de negro" al completo revisarán por penúltima vez el programa de hasta 100.000 millones de euros concedido en julio de 2012 a España para sanear su sistema bancario, que concluye en diciembre. Todo ello, cuatro meses después de que la troika visitase por tercera vez España para analizar las reformas y la reestructuración del sistema financiero.

De la línea de crédito puesta a disposición de España se han empleado 61.366 millones de euros, según ha confirmado el Banco de España, que comprende distintos instrumentos que computan como capital prestado a las entidades. No están incluidos los avales del Estado a las emisiones de deuda efectuadas por entidades ni los apoyos privados a los procesos de recapitalización o reestructuración.

Tras la tercera visita en mayo, la CE afirmó que no era el momento de discutir sobre una posible prórroga de las ayudas ante los riesgos existentes, pero tampoco descartó esta opción y alertó de que existen importantes desafíos y riesgos para el sector.

Fuentes del Ministerio de Economía han indicado que el programa europeo de ayuda al sector bancario español progresa de acuerdo a lo previsto, "tal como manifestó el pasado viernes la CE".

Desde Economía recuerdan que el Tesoro español se financia en mejores condiciones que hace un año, y que no hay por tanto "razones para pensar en una prórroga".

La Comisión, añade la fuente, hará pública su valoración en noviembre tal como estaba previsto y una vez termine la visita final de la troika a España.

Pese a que la solvencia de la banca española ha aumentado tras la recapitalización y la transferencia de activos a la Sareb, la CE considera que España debe de vigilar "continuamente" la evolución de la calidad de los activos y los balances.

Bruselas ha mostrado su satisfacción por las reclasificaciones de los préstamos refinanciados por la banca que solicitó el Banco de España, pero ha dejado entrever cierta preocupación por el "elevado volumen de activos por impuestos diferidos" presente en los balances de varios bancos españoles.

Analistas de Moody''s han indicado que no se espera que las impresiones de la troika sobre el sector bancario español vayan a cambiar mucho tras esta cuarta visita, puesto que cuestiones como las reclasificaciones y los activos fiscales diferidos o DTA aún están sin resolver.