El Gobierno británico convocó hoy al embajador de España en Londres, Federico Trillo, por lo que califica de "grave" y "provocadora" incursión de un barco oceanográfico español en aguas territoriales de Gibraltar.

Londres trasladó a Trillo que ese tipo de incursiones son "ilegales" y que también son "inaceptables" los retrasos registrados en la frontera, según una nota emitida por el Ministerio británico de Exteriores al término del encuentro.

Es la tercera vez en un año que Trillo es convocado a la sede del Foreign Office por la situación en Gibraltar, después de que en noviembre de 2012 fuese llamado por presuntos incidentes con barcos españoles y en agosto pasado por los registros fronterizos.

En esta ocasión la causa fue la presencia en el área que rodea al Peñón del buque oceanográfico español "Ramón Margalef", que ya había sido denunciada por las autoridades gibraltareñas, si bien España la considera "rutinaria" en "aguas propias y españolas".

Tres patrulleras de la Guardia Civil española protegieron hoy al "Ramón Margalef" ante la presencia de barcos de Gibraltar, que le enviaron varias advertencias e intentaron que no llevase a cabo esa actividad de prospección científica, según el Ministerio británico de Defensa.

En un comunicado, el Ministerio británico de Exteriores indicó que ese buque "efectuó trabajos de prospección significativos en las aguas territoriales británicas de Gibraltar los días 18 y 19 de noviembre, durante 20 horas" y no se detuvo pese a serle requerido así por radio, al alegar que lo hacía "con permiso de las autoridades españolas y en beneficio de la Unión Europea".

El Foreign Office resalta que se produce "solo dos semanas" después de "las peligrosas maniobras" de una embarcación de la Guardia Civil que causó una "ligera colisión" con un buque de la Policía del Peñón, "poniendo vidas en peligro".

Ese supuesto incidente ya causó una protesta formal británica ante el Ejecutivo de Madrid el pasado día 4, si bien en esta ocasión Londres decidió hoy llamar al embajador español para transmitirle en persona su condena en un encuentro con el subsecretario permanente del Foreign Office, Matthew Rycroft.

El ministro español de Exteriores, José Manuel García-Margallo, expresó su "sorpresa" por la reacción del Gobierno del Reino Unido al conocer el comunicado británico en Miami, donde acompaña a los Príncipes de Asturias en su viaje oficial a EEUU.

Tras hablar con el embajador español en Londres y con el ministro de Agricultura, Miguel Arias-Cañete, declaró la "sorpresa" del Gobierno por una actitud que vinculó con el reciente informe de la Comisión Europea favorable a España por los controles fronterizos en Gibraltar.

Según el jefe de la diplomacia española, el "Ramón Margaleff" estaba haciendo prospecciones y recabando pruebas en la Bahía de Algeciras, siguiendo instrucciones de la Fiscalía, para aportar datos que permitan a la Comisión Europea dilucidar si los 70 bloques de hormigón depositados por Reino Unido en el fondo de la bahía respetan la legislación comunitaria.

"España está actuando dentro del más estricto respeto a la legalidad internacional y con el compromiso de acatar lo que las autoridades encargadas de interpretar esta legislación hagan", destacó.

En la reunión de Londres, Rycroft trasladó a Trillo las "serias preocupaciones" del Gobierno británico sobre la "significativa incursión" del buque oceanográfico en lo que el Reino Unido considera aguas territoriales británicas de Gibraltar.

"El Reino Unido sigue confiado en su soberanía sobre el territorio de Gibraltar, incluidas las aguas territoriales británicas de Gibraltar. Las incursiones españolas son ilegales: no cambian las leyes internacionales ni debilitan la base legal de la soberanía británica", señaló el Foreign Office.

Poco antes, David Lidington, secretario de Estado británico para Europa, ya había expresado su condena de "esta incursión provocadora" y pidió al Gobierno español que "garantice que no se repetirá".

"Estamos preparados para hacer todo lo necesario con el fin de proteger la soberanía, economía y seguridad de Gibraltar", agregó.

Gibraltar considera que tiene jurisdicción sobre tres millas náuticas alrededor del Peñón, algo que no reconoce España, pues en virtud del Tratado de Utrecht de 1713 solo admite la soberanía gibraltareña sobre las aguas del puerto.

La última vez que el embajador español fue llamado a la sede del Foreign Office fue en agosto, cuando se incrementaron las tensiones entre el Reino Unido y España por los intensos registros fronterizos en Gibraltar, dando lugar a colas de varias horas.

El pasado viernes, la Comisión Europea (CE) dictaminó que "no ha encontrado pruebas" de que los registros sobre personas y mercancías practicados por las autoridades españolas en la frontera con el Peñón hayan infringido el derecho comunitario.

Pese a ese fallo, el Gobierno británico ha mantenido que los registros, que según España buscan acabar con el contrabando de tabaco en la frontera, son "ilegales", "desproporcionados" y tienen "motivaciones políticas".