El Príncipe de Asturias ha abandonado la capilla ardiente donde reposa el féretro de Adolfo Suárez entristecido por la pérdida del primer presidente de la Transición, al que "hay que agradecerle todo".

En declaraciones a los periodistas al salir del Palacio del Congreso, el Heredero de la Corona ha admitido que la muerte de Suárez es una gran pérdida "muy triste", antes de meterse junto a su mujer en el coche que les ha trasladado a la Cámara Baja.

Los Príncipes han permanecido unos veinte minutos en el Congreso, donde han dado el pésame a la familia y han dado un último adiós al expresidente.

El matrimonio ha llegado esta tarde a la capilla ardiente procedentes de Bilbao, donde este mediodía asistieron al funeral por el alcalde de esa ciudad Iñaki Azkuna.