Menos de dos años y medio habrá aguantado Alfredo Pérez Rubalcaba como secretario general del PSOE. Hoy, castigado por los electores y acorralado por los suyos ha anunciado que tira la toalla, que convoca un congreso extraordinario en julio y que, "naturalmente", no se presentará a las primarias.

Así, de una tacada, sin titubeos y con aire solemne, Rubalcaba ha roto el "silencio atronador" que, según él mismo ha reconocido, pesaba desde hace tiempo sobre su futuro, incógnitas que se resistía a desvelar "como gato panza arriba".

No obstante, ha querido mantener todavía la incertidumbre sobre cuál será su destino cuando ceda el testigo en julio y si abandonará definitivamente la política.

Eso sí, mientras sea secretario general va a ejercer como tal con todas sus consecuencias, lo que implica que va a seguir preguntando al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en el Congreso, y haciendo de líder de la oposición en las Cortes.

"Tiempo tendremos de hablar de mi futuro personal", ha señalado enigmático.

Metido en faena y sin paliativos ha reconocido el fracaso electoral y lo ha asumido en primera persona en una intervención muy autocrítica en la que ha admitido que no ha conseguido los objetivos que se había marcado al asumir el liderazgo del partido de recuperar el crédito entre los electores.

Una circunstancia que se agrava, si cabe, cuando España ha girado "a la izquierda" en los comicios del 25M, con IU triplicando escaños y la irrupción de partidos de nuevo cuño como Podemos.

"Cuando uno tiene un resultado como éste es evidente que algo no ha hecho bien", ha apuntado. Por eso, con esa carga sobre sus hombros, tenía muy claro que no podía ser la actual dirección la que organizara las primarias. "Los ciudadanos nos están mirando", se ha excusado.

Junto a la prensa, en primera fila, la que ha sido su mano derecha en estos casi dos años y medio, la vicesecretaria general y cabeza de lista a las elecciones europeas, Elena Valenciano, de blanco y con un pañuelo verde, los colores de Andalucía, quizás poniéndose a tono con los nuevos tiempos que se vaticinan en Ferraz.

Y es que muchos ven la alargada mano de la lideresa andaluza, Susana Díaz, en la decisión final de Rubalcaba de adelantar el congreso federal.

Díaz, elegida el año pasado presidenta de la Junta y secretaria general del PSOE-A, es "el gran referente nacional" de los socialistas ahora mismo, según sus compañeros de comunidad, después de que Andalucía diera un revolcón al PP en las europeas de ayer.

Si Díaz quiere cruzar la frontera de Despeñaperros o no, se tiene que saber en pocos días, porque el congreso será los días 19 y 20 de julio y el tiempo va corriendo.

Rubalcaba no ha querido hoy entrar en quinielas sobre su hipotético sucesor y ha justificado su apuesta por el congreso federal con el argumento de que es la mejor forma de asumir responsabilidades de manera inmediata y, a la vez, dar paso a una nueva dirección.

Él tira la toalla después de intentarlo "de verdad" durante todo este tiempo. "Créanme, en cada momento he hecho... hemos hecho lo que creíamos que era mejor para el PSOE. Siempre ha sido así con independencia den nuestros intereses personales", ha asegurado hoy a la prensa.

Su frase había empezado en primera persona, pero luego ha pasado al plural, porque la suya es una dirección "colegiada" y siempre ha intentado que las decisiones se tomaran entre todos.

Incluso, adelantándose a posibles preguntas, Rubalcaba ha querido dejar claro que no se ha sentido nunca solo: "¿Me siento solo? No, me siento perfectamente acompañado", ha subrayado.

Hoy también era el día para confesar que hace tiempo que tenía tomada la decisión de no presentarse a las primarias, incluso aunque el resultado electoral de las europeas hubiera sido bueno, pero que no lo había hecho público para no interferir con el trabajo de su partido.

Eso sí, lo sabían sus íntimos: el expresidente Felipe González, Elena Valenciano y el secretario de Organización, Óscar López.

Rubalcaba confía en que, a pesar de todo, se mantenga el calendario de primarias, un proceso con el que los socialistas quieren resintonizar con la ciudadanía.

"Habrá primarias abiertas, estoy convencido de que será así", ha sentenciado el que se convertirá en el secretario general del PSOE más breve de la etapa democrática, en cuya opinión para recuperar la confianza de los electores que siguen sin quererles "hay que cambiar las formas" y la manera de relacionarse con ellos.

Quien confiaba en convertirse en el "milagro" que levantara el PSOE después de su peor resultado en unas generales se va con la confianza de que sus compañeros completen su proyecto, ese PSOE "más rojo" que salió de la Conferencia Política de noviembre pasado.

Rubalcaba se rinde. Susana Díaz llama a la puerta ofreciendo el éxito del PSOE-A en las elecciones de ayer como el "primer fruto" del "nuevo tiempo" que prometió. ¿También en Ferraz?.