La Conferencia Episcopal Española (CEE) ha entregado más de 6 millones de euros a Cáritas, una aportación de carácter extraordinario que se realiza desde 2008, en medio de "una sociedad asfixiada por la crisis", y ha pedido, con motivo de la festividad del Corpus Christi, Día de la Caridad, que "se de prioridad a la vida de todos sobre la apropiación indebida de los bienes por parte de algunos".

El secretario general y portavoz de la CEE, José María Gil Tamayo, ha hecho entrega de estos 6,06 millones de euros (un 1% más que la aportación de 2013) al presidente de Cáritas Española, Rafael del Río, y ha aclarado que esta no es la única ayuda económica que la Iglesia da a Cáritas porque Cáritas es la misma Iglesia y no se puede cuantificar toda la ayuda de las parroquias en las diferentes diócesis. Desde 2008, cada año se ha ido incrementando la cantidad entregada y se han donado casi 26 millones de euros.

El presidente de Cáritas ha indicado que estos fondos se destinarán íntegramente a "los numerosos proyectos contra la crisis" que llevan a cabo cada una de las 70 diócesis de España. Concretamente, ha precisado que esta colaboración económica se destinará a "ayudas de emergencia, vivienda y búsqueda de empleo". Todo ello, para ayudar a quienes viven con mayores dificultades y para "defender la dignidad de los ciudadanos".

Además, ha admitido que, por las noticias de los medios de comunicación, se ve que hay una recuperación económica pero ha asegurado que en Cáritas "de momento" no han notado "ningún tipo de mejoría" y ha precisado que "hasta que esto llegue a los que más lo necesitan va a tardar".

Por otro lado, en el mensaje por el Día de la Caridad que se celebra el próximo 19 de junio, los obispos invitan "a un cambio en los hábitos alimentarios evitando su desperdicio; a defender los derechos de los más pobres aún a costa de renunciar los más favorecidos a algunos de sus derechos; a crear una nueva mentalidad que nos lleve a dar prioridad a la vida de todos sobre la apropiación indebida de los bienes por parte de algunos; a contribuir a una economía al servicio del ser humano, no del dinero y el mercado; y a promover el desarrollo integral de los pobres".

En este sentido, alertan sobre algunos indicadores que les preocupan como "el aumento progresivo de la desigualdad, la reducción de los servicios sociales, las dificultades para acceder a la vivienda, la bajada del nivel medio de la renta o el índice creciente de la pobreza infantil".

PIDEN UNA "MAYOR SENCILLEZ DE VIDA"

El obispo de Calahorra y La Calzada-Logroño y presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social, monseñor Juan José Omella, ha subrayado que los obispos quieren "invitar a la sociedad, a las instituciones y a los Estados a ser más solidarios" y también a la propia Iglesia. "A vivir en una renuncia también nosotros, en una mayor sencillez de vida", ha remarcado.

En esta línea, Gil Tamayo ha reivindicado que la Iglesia, desde los hermanos que trabajan en los Cotolengos hasta las Hermanitas de los ancianos desamparados, hacen una gran labor sin necesidad de que se llame la atención sobre ello. "No pensemos que la Iglesia tiene que ir con un cartel, patrocinado por, al uso del marketing", ha puntualizado, para destacar que "los pastores no se dedican a la elucubración sino que están comprometidos en la acción caritativa".

Sobre la invitación de la presidenta andaluza, Susana Díaz, al Papa para que hable del paro juvenil, Gil Tamayo ha indicado que Francisco mira de una manera especial el desempleo juvenil pero ha añadido que también los obispos andaluces están "muy sobre el terreno" y conocen "la realidad de los que sufren esa lacra del desempleo realmente dura". Así, le ha asegurado a Díaz que van a contar siempre con la ayuda de la Iglesia.

"No se le da a esta juventud nuestra, mejor preparada que nunca, el acceso a un derecho fundamental de la persona, el derecho al trabajo, esto debe ser una atención prioritaria para quienes nos gobiernan", ha añadido.