La Audiencia Nacional juzgará este miércoles al etarra José Lorenzo Ayestarán Legorburu, alias ''Fanecas'', por participar en el asesinato de tres guardias civiles en una prueba ciclista en octubre de 1980 en Salvatierra (Álava), hechos por los que se enfrenta a una pena de 81 años de prisión.

La Fiscalía le considera responsable de un delito de atentado a agentes de las Fuerzas de Seguridad con resultado de muerte y dos delitos de asesinato con alevosía. Además, pide que indemnice con 390.000 euros a cada una de las viudas que dejaron los dos guardias civiles que mató.

Según su escrito de conclusiones provisionales, Legorburu integraba un comando, junto a Ignacio Aracama Mendía, ''Makario'', Félix Alberto López de la Calle, ''Mobutu'', --ya condenados-- y dos individuos ya fallecidos, que actuaba en la provincia de Álava y estaba provisto de armamento que facilitaron los responsables de la banda terrorista desde Francia.

Los miembros del comando robaron a punta de pistola un vehículo en Vitoria y aprovecharon en el atentado los datos que recopiló Ismael Arrieta Pérez de Mendiola, sacerdote en esas fechas y condenado por estos hechos, quien buscó los datos de las víctimas, su ubicación, horario y recorrido.

El 4 de octubre llegaron a Salvatierra, que celebraba sus fiestas patronales, una hora antes de que comenzara la carrera ciclista a la que los guardias civiles iban a dar protección mientras ordenaban el tráfico.

Los etarras se dirigieron a los efectivos del Instituto Armado y "de forma sorpresiva, a fin de evitar cualquier reacción defensiva" por su parte, dispararon "varias veces" en la cabeza y el tronco, causándo la muerte de Avelino Palma, Ángel Prado y José Vázquez. Este último dejó una mujer embarazada de cuatro meses, mientras que Avelino Palma era padre de dos niños de cuatro y tres años.

Tras el atentado, los etarras huyeron en el citado vehículo y se dirigieron hacia el puerto de Opacua, donde lo abandonaron en el camino de Vicuña de Alegría (Álava). Después se escondieron en un caserío y después se ocultaron en un escondite de Escoriaza.