El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, reiteró ayer al presidente de la Generalitat de Cataluña, Artur Mas, durante la reunión que ambos mantuvieron en el palacio de la Moncloa que la consulta soberanista prevista para el próximo 9 de noviembre es "ilegal" y que, por tanto, "ni se puede celebrar, ni se va a celebrar".

Según explicó la Moncloa en un comunicado tras el encuentro entre los dos dirigentes, Rajoy insistió ante Mas en la postura que viene manteniendo desde que se anunció el día de la consulta y que va "en línea con lo que han expresado sobre este asunto tanto el Congreso de los Diputados como el Tribunal Constitucional".

"El presidente Rajoy afirmó que la consulta es ilegal y que, por lo tanto, ni se puede celebrar, ni se va a celebrar", asegura el comunicado, hecho público más de una hora después de que la reunión finalizara y que duró aproximadamente dos horas y veinte minutos.

El jefe del Ejecutivo planteó a Mas la "conveniencia de colaborar de la manera más intensa en lo que es la principal prioridad de los ciudadanos de Cataluña y del resto de España, que es consolidar y acelerar la recuperación económica que permita una creación intensa de puestos de trabajo".

En ese punto, Rajoy aprovechó para hacer un repaso ante Mas de las últimas cifras de la evolución de la economía española, como los datos de crecimiento de PIB conocidos ayer mismo, la rebaja de la prima de riesgo y de los intereses de la deuda española, la mejora de los índices de confianza y, singularmente, los datos de creación de empleo que ha arrojado la última Encuesta de Población Activa (EPA).

Pero, eso sí, el presidente advirtió al dirigente autonómico sobre los "riesgos que la inestabilidad política" podría suponer, a su juicio, al "incipiente proceso de recuperación, que está resultando particularmente intenso en Cataluña", de modo que se mostró convencido de la necesidad de "preservar el clima de confianza logrado con tanto esfuerzo por parte de los ciudadanos".

Tras expresar su "compromiso con el bienestar y el futuro" de los catalanes y su "reconocimiento personal y político a la importancia que tiene Cataluña por su enorme aportación", tanto cultural e histórica como económica y social, al conjunto de España, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, trasladó a Mas el compromiso que tenía con el "mantenimiento y correcto funcionamiento de los servicios públicos esenciales".