La bolsa española ha caído esta semana el 3,44 %, el sexto peor resultado de este ejercicio, afectada por la recogida de beneficios y la caída de los mercados internacionales después de que los inversores aventuraran que la Reserva Federal podría subir los tipos de interés al comienzo de 2015.

Otras plazas internacionales registraron un balance semanal peor, como Fráncfort, con un descenso del 4,5 por ciento, mientras que Lisboa, por la situación de Banco Espírito Santo, cayó el 10,11 por ciento.

Menores descensos obtuvieron Milan, el 3,33 por ciento; París, el 2,95 por ciento -Wall Street cedía alrededor del 3 por ciento-, en tanto que Londres perdía el 1,65 por ciento. Por contra, Hong Kong ganaba el 1,31 por ciento y Tokio el 0,42 por ciento.

El resultado semanal de la bolsa española ha estado condicionado por el retroceso de las dos últimas sesiones de la jornada después de que el jueves Wall Street acabara con la mayor caída desde hace tres meses y medio, el 2 por ciento.

Detrás de estas pérdidas se escondían los factores estacionales -comienzo de vacaciones, asociado habitualmente a una recogida de beneficios- y la anticipación de los inversores a las medidas que pueda adoptar la Reserva Federal.

El banco central estadounidense -se conocía que el PIB estadounidense había crecido el 4 por ciento en el segundo trimestre del año- podría empezar a subir los tipos de interés al comienzo del próximo año, lo que propició ventas en las bolsas y en el mercado de deuda.

Todo esto coincidía mientras la Reserva Federal reducía en 10.000 millones de dólares la compra de deuda para estimular la economía, que el PIB español aumentaba el 0,6 por ciento en el segundo trimestre, al tiempo que se desbordaba el déficit comercial nacional (la inflación caía al -0,3 %) y empeoraban la confianza empresarial e inversora alemanas.

Además, se conocía que habían crecido las peticiones semanales de subsidios de paro en los Estados Unidos y que bajaba el índice de gerentes de compras de Chicago.

También en esta temporada de presentación de resultados hubo cuentas que disgustaron a los inversores, como los de Exxonl, Grifols o ArcelorMittal; la necesidad de ampliar capital del Banco Espirito Santo, que afectó a otras entidades europeas ante las pruebas de solvencia; o la decisión de Standard and Poor''s de rebajar la nota de la deuda de Argentina.

Pese a todo, esta semana, el rendimiento interno del bono español a largo plazo bajó hasta el mínimo histórico del 2,47 por ciento, lo que ayudaba a que, con la ayuda de los resultados de algunos grandes valores, la bolsa española llegara a la mitad de la semana a tocar el nivel de 11.000 puntos.

Con esta volatilidad, de los principales valores del mercado nacional, los integrantes del índice IBEX 35, solo subió uno y bajaron treinta y cuatro.

Bankinter ganó el 0,45 por ciento, mientras que el menor descenso correspondió a IAG, el 0,33 por ciento, después de presentar los resultados del primer semestre, en tanto que Gamesa cayó el 1,29 por ciento.

Grifols registró el principal descenso, el 14,15 por ciento, tras anunciar sus cuentas entre enero y junio, mientras que OHL y FCC perdieron algo más del 10 por ciento y Sacyr, el 9,5 por ciento.

Todos los grandes valores cayeron: BBVA, el 4,26 por ciento; Inditex, el 4,06 por ciento; Repsol, el 3,11 por ciento; Banco Santander, el 2,77 por ciento; Iberdrola, el 1,85 por ciento, y Telefónica, el 1,43 por ciento.