El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, tachó ayer la propuesta soberanista del presidente de la Generalitat, Artur Mas, de "disparate" e insistió en que "de ninguna de las maneras" se celebrará un referéndum ilegal en España.

"Es un disparate lo que se está planteando", subrayó durante su comparecencia ante los medios en Santiago de Compostela junto a la canciller alemana, Angela Merkel. "Mi posición no ha cambiado y sería preocupante que cambiara en un tema de estas características", reiteró.

A su juicio, la consulta es "enormemente negativa" para los ciudadanos que viven en Cataluña y para el conjunto de los españoles. Así, explicó que el mundo va hacia "procesos de unión e integración" como puede ser a través de la unión bancaria, la unión fiscal o el mercado único europeo.

"¿A dónde pretenden ir algunos fuera de la UE, fuera del Banco Central Europeo o fuera de la moneda única?", cuestionó Rajoy, que lamentó que se trate de algo que no se explica a muchos catalanes, "una de las grandes perversiones de todo este proceso".

Rajoy, además, avisó de que no se le puede pedir a ningún presidente del Gobierno que autorice una consulta ilegal, sobre todo cuando un parlamento nacional o el Tribunal Constitucional (TC) respaldan su postura. "España es un país serio, un Estado de Derecho, en donde hay una ley y una Constitución, y una de las obligaciones básicas del presidente del Gobierno es hacer que eso se respete", dijo.

En cuanto a la decisión que tomó el pasado viernes el Consell de Garanties Estatutàries (CGE) que avaló la constitucionalidad de todo el texto de la nueva ley de consultas que el Parlament prevé aprobar en septiembre, Rajoy avisó de que él no entrará en un debate jurídico porque "todo es opinable".

Eso sí, recordó que se aprobó con cinco votos a favor, por cuatro en contra.