La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, subrayó ayer que el Ejecutivo quiere abrir un debate sobre la reducción del número de aforados y las condiciones del aforamiento, si bien advirtió de la complejidad que conllevará esta reforma.

En la rueda de prensa posterior a la primera reunión del Consejo de Ministros tras las vacaciones, Sáenz de Santamaría recordó que fue el propio presidente, Mariano Rajoy, quien consideró necesario abrir esta cuestión al diálogo entre las fuerzas políticas dentro de las medidas de regeneración democrática que se busca consensuar.

Advirtió, eso sí, de que esta cuestión no sólo afecta a instituciones de carácter nacional, sino también autonómico, lo que conllevaría reformarlos al igual que las normas estatales.

Ante la posibilidad de que cambiar el sistema de aforamientos requiera una reforma de la Constitución y preguntada sobre si el Ejecutivo estaría dispuesta a ampliarla a otros asuntos, la vicepresidenta insistió en que un cambio en la Carta Magna debe partir de un acuerdo amplio de las fuerzas políticas que no se da en otras cuestiones, como la de la organización territorial del Estado.

El caso de los aforamientos, dijo, sí parece contar con la voluntad de la mayor parte de los grupos políticos para acotar y clarificar esta condición, pero en otras cuestiones las posturas son lejanas.