El presidente catalán, Artur Mas, abrió ayer la puerta a elecciones anticipadas si no se celebra la consulta soberanista el 9 de noviembre "con plenas garantías democráticas".

Mas dijo en el Parlament, en la primera jornada del debate de política general, que "confía" en que el 9N se podrá votar dentro de la legalidad -amparado por la ley catalana de consultas-, de forma que su resultado pudiera ser "leído con nitidez y democráticamente aceptado por todo el mundo".

Incidió en que quiere acabar la legislatura a finales de 2016 "si se puede", haciendo hincapié que esto no está "solo" en sus manos, sino que, para cumplir este objetivo, "se tiene que votar el 9N y con plenas garantías democráticas".

Para el presidente catalán, una consulta con las "plenas garantías democráticas", que no especificó, sería, a su juicio, "bueno" para la democracia y para Cataluña, pero también para España, porque "significaría que entierra definitivamente la vieja España para redescubrirse tal como es realmente, plurinacional".

Sin embargo, lamentó que el Estado no haya tomado "ni una sola iniciativa política, sino solo decir que no a todo", así como "dar miedo, y utilizar las leyes como muro de contención y no como canal de solución".

Mas, quien aseguró que el "tramo final de 2014 marcará un antes y un después en la historia de Cataluña", opinó que el "espíritu de la Transición y el pacto constitucional se han evaporado" y acusó al Gobierno de estar ejecutando una "operación de recentralización a gran escala. Esta vez sin disimular".

El presidente catalán aprovechó que tenía enfrente a los representantes de los partidos para apelar a la unidad de las fuerzas favorables a la consulta tras el rifirrafe entre los líderes de Unió, Josep Antoni Duran Lleida, y de ERC, Oriol Junqueras, a raíz de la apelación del republicano a la "desobediencia civil" si se veta el 9N.