El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, ha opinado que la independencia sería una "catástrofe" para Escocia y ante la situación en Cataluña ha advertido de que hay dos limites que el Gobierno no permitirá traspasar: "jugar con la unidad de España y jugar con la legalidad".

En la sesión de control al Gobierno en el Congreso, el ministro ha considerado que la secesión de Escocia "terminaría con un proceso de balcanización que no hay nadie en Europa que en estos momentos quiera. "La historia va por el camino de la integración y no de la segregación", ha enfatizado.

De esta forma ha respondido al diputado de Amaiur, Xabier Mikel Errekondo, quien ha reprochado a Margallo que lance "amenazas" contra el pueblo catalán y vasco a diferencia de la respuesta democrática que ha ofrecido el primer ministro británico.

El titular de Exteriores se ha mostrado sorprendido por esa acusación, que ha rechazado.

"Decir que hay que cumplir la ley y que cualquier representante en cualquier institución está obligado a hacerlo es una advertencia, no una amenaza. Amenazas las que ustedes hacen. Yo estudié en San Sebastián y Bilbao y muchos de mis amigos están aquí porque creyeron que iban en serio las amenazas que ustedes han hecho", ha respondido.

Errekondo ha insistido en comparar el "proceso escocés" con el catalán y el vasco al afirmar que son el mismo modelo de naciones soberanas "conquistadas a sangre y fuego" y ha instado al titular de Exteriores a no poner excusas porque es una cuestión de "voluntad política".

"Hay democracia más allá de las leyes y falta de democracia en muchas leyes", ha indicado el diputado del Grupo Mixto tras avisar de que "sólo es cuestión de tiempo" que Cataluña y el País Vasco puedan decidir su futuro y el Gobierno español únicamente debería respetarlo y acordar el modo de llevarlo a cabo.

García-Margallo, por su parte, ha subrayado que "el caso escocés" y el ordenamiento británico son una excepción y singularidad sin parangón en la Unión Europea", ya que el Parlamento del Reino Unido, que ha autorizado el referéndum, no tiene límites en su actuación y se ha respetado la legalidad del país.

No obstante, ha añadido, "una cosa es la legalidad y otra la racionalidad porque, en su opinión, la secesión de Escocia sería una "catástrofe": "Es mala para Escocia, para el Reino Unido y para la UE", ha dicho.

La diferencia con España, además, según ha recordado el ministro, es que "cualquier referéndum de secesión" es ilegal porque así lo establece la Constitución, que deja claro que la soberanía pertenece a "todo el pueblo español" y no a una parte, así como la indisoluble unidad de nación española.

Esos son los límites que no va a pasar el Gobierno, ha asegurado, "jugar con la unidad de España y jugar con la legalidad que es la garantía de las libertades de los españoles".