El filósofo Fernando Savater, uno de los pensadores más activos con todo lo que acontece en estos tiempos y que acaba de publicar "ÑNo te prives! Defensa de la ciudadanía", asegura que lo que está pasando en Cataluña es "un lavado de cerebro político, algo que viene desde hace años", subraya.

"Decir que lo que pasa es algo como un choque de trenes, es un delirio. Lo que hay es un desafío independentista para tapar las vergüenzas de una de las partes de España más corruptas, que es Cataluña, y para tapar esas vergüenzas han lanzado esa exaltación nacionalista", ha recalcado el filósofo vasco.

"Ojalá los ciudadanos se den cuenta -explica a Efe- de que lo que está pasando no es un juego entre políticos, sino que es algo que atañe a nuestra propia ciudadanía y personalidad como sujetos. Me extraña -dice- que no salga la gente a la calle a manifestarse como lo han hecho por la sanidad y por la educación, y con razón, para decir que hay grupos que quieren quitarnos una cosa que es nuestra y quieren fragmentar a la ciudadanía".

Fernando Savater, en "ÑNo te prives! Defensa de la ciudadanía" (Ariel), ha reunido todos sus artículos de los últimos cuatro años más el epílogo escrito después del resultado de las elecciones europeas, sobre el concepto de ciudadanía, sus derechos y deberes y lo poco que aquella tiene que ver, en su opinión, con pertenecer a un territorio, a una etnia o a hablar un mismo lenguaje.

"No hay más ciudadanos que los que produce el Estado de derecho, no tienen derechos previos. Y todos los ciudadanos somos políticos, somos responsables. Se quitó ''Educación para la Ciudadanía'' y me pareció algo muy grave y se ha sustituido por una educación para la identidad, que es lo que se ha hecho en todos los sistemas autonómicos", sostiene este profesor, que ha escrito más de cincuenta obras.

Unas autonomías que, en opinión del autor de "Ética para Amador", "en vez de frenar los nacionalismos, han creado en algunas partes unos mininacionalismos que han fragmentado a la ciudadanía, quieren hacer una especie de reinos de taifas, de Balcanes. Mucha gente se cree que son ciudadanos de su región y no se dan cuenta de que son ciudadanos de un Estado, con lo que conlleva, que es que también ser políticos".

"¿Cataluña qué es?", pregunta Savater, y se responde: "una región administrativa dentro de un Estado y no produce ciudadanos diferentes a los demás. España culturalmente es diversa y tiene lenguas propias aparte del castellano, que es la que vertebra España, pero desde el punto de vista político no hay tal diferencia".

"En un Estado democrático la singularidad está en los individuos, no en los territorios. Y aquí ahora se educa para la identidad y no para la ciudadanía", recalca.

El filósofo, que ha formado parte de muchos movimientos cívicos de lucha, asegura estar a favor del voto obligatorio, "tan obligatorio como los impuestos, y como ya lo es en Italia, porque es la manera de cambiar las cosas y de ejercer la responsabilidad".

Savater, que se considera un hombre de izquierdas al que le gusta la socialdemocracia, es crítico con la izquierda de este país porque se ha "rendido -dice- a los nacionalismos y ha hecho otro tipo de concesiones".

Y advierte de que en Europa también se quiere "volver al refugio de las identidades nacionales, al fanatismo, a lo de la tierra y la banderita, que es lo más retrógrado", subraya. Hay que votar porque si no estamos perdidos. Votar a los que defienden lo que creemos, porque parece que solo votan los fanáticos y así nos va".

En cuanto al auge en España de "Podemos", Savater piensa que todavía "no les hemos visto mojarse mucho. Denuncian lo que todos denunciamos, pero sabemos que sienten simpatía o están relacionados con países que no nos interesan mucho, como Venezuela o Cuba. Pero me parece que quienes les han votado lo han hecho más por revancha -que hasta me parece lógico, porque hay gente que lo está pasando muy mal- que por reformas", sostiene.

"Pero yo cierro el libro con una cita de Romain Gary sobre que la finalidad de la democracia es hacer llegar a cada hombre hasta la nobleza, y Podemos reclama una democracia plebeya, que es lo contrario", concluye el filósofo.