El Gobierno español considera que el Consejo Europeo ha avalado un "cambio de escenario espectacular" en materia de interconexiones energéticas y ha sentado las bases para que España deje de ser una isla energética y se acaben así los sobrecostes de producción que hasta ahora conlleva esa condición.

Esta es la interpretación que hace el Ejecutivo de Mariano Rajoy del acuerdo "decisivo" al que han llegado hoy los jefes de Estado y de Gobierno de la UE en materia de interconexiones, ya que, según han explicado fuentes españolas, por vez primera la Comisión Europea tendrá voz a la hora de sacar adelante los proyectos de interconexión planteados por los estados miembros.

La Comisión hará un seguimiento proyecto por proyecto, podrá llamar la atención a los países que no colaboren y tendrá que informar de la evolución de los mismos al Consejo.

Además, fuentes del Gobierno español han destacado que se reconoce también por vez primera que los sistemas aislados energéticamente, como los de los países de la Península Ibérica y a los que se cita explícitamente en el texto final, necesitan aumentar sus interconexiones.

Según el borrador de conclusiones, los estados miembros y la Comisión facilitarán la realización de proyectos de interés común y darán la máxima prioridad a los de países como España, Portugal y los estados bálticos.

"La Comisión Europea es la que se va a encargar de pilotar los proyectos", recalca el Ejecutivo español ante esos acuerdos que van a quedar plasmados en las conclusiones del Consejo Europeo que serán aprobadas mañana definitivamente.

Esas conclusiones recogerán el objetivo de un 10 por ciento de interconexiones energéticas en el año 2020 y de un 15 por ciento diez años más tarde, en 2030.

Son porcentajes que tienen su relevancia, aunque España recalca que lo más importante es el hecho de que la Comisión se va a implicar en el camino de los proyectos de interconexión que se presenten.

En la actualidad, España tiene cinco proyectos de interconexión eléctrica en diferentes fases, cuatro de ellos terrestres y uno marítimo.

De los cinco, ya está en construcción la interconexión por los Pirineos Baixas (en territorio francés)-Santa Llogaia, una línea de 320 kv en corriente continua con una longitud de 65 kilómetros que irá soterrada en su totalidad y que supone una inversión de 700 millones de euros cofinanciada por España y Francia.

El proyecto marítimo es la interconexión Golfo de Vizcaya-Aquitania, que está incluido en la lista de proyectos de interés común de la UE.

Con los cinco proyectos planteados por España, el Gobierno considera que sus interconexiones energéticas llegarían al 10 por ciento y, con su puesta en funcionamiento, se eliminaría el sobrecoste del 10 por ciento que, debido a su aislamiento, padece actualmente España en la producción energética.

El Gobierno español acudía a esta cumbre con la intención de que hubiera acuerdos concretos en materia de interconexiones, y hoy mismo, horas antes del inicio del Consejo Europeo, Rajoy, en la inauguración en Brujas del curso académico del Colegio Europa, abogaba por ello.

Rajoy advirtió en ese acto a la UE de que "no hay tiempo que perder" para impulsar las interconexiones energéticas de España con el resto de la UE porque no hacerlo es jugar el partido de la competitividad "con una mano atada a la espalda".

Para Rajoy, las ventajas de la diversificación tanto de fuentes como de procedencias geográficas y rutas de tránsito son evidentes y se han puesto de relieve con ocasión de la crisis de Ucrania y del gas.

En ese sentido, ha apostado por que España sirva de "puente energético" con el resto de países de la UE para hacerles llegar, por ejemplo, el gas que recibe procedente de Argelia.