El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha garantizado hoy que ni él ni nadie de su Ejecutivo ha presionado al fiscal general del Estado, Eduardo Torres-Dulce, para forzar su dimisión.

Rajoy ha negado esas presiones en la conferencia de prensa que ha ofrecido al término de la última cumbre del año de los líderes europeos.

"En absoluto. Ni he hablado ni lo ha hecho nade de mi Gobierno", ha recalcado el jefe de Ejecutivo ante la pregunta de si había existido alguna presión.

Asimismo ha explicado que no tenía la certeza de que mañana el Consejo de Ministros tuviera que iniciar el proceso para el relevo de Torres-Dulce.

Respecto al sustituto, se ha limitado a señalar que será alguien "capaz, independiente y que vele por el cumplimiento de la ley".

En declaraciones realizadas horas antes también en Bruselas, Rajoy había expresado su respeto a la decisión del fiscal general del Estado de dimitir de su cargo "por razones exclusivamente personales".